La jefa
Fecha: 14/08/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: viperblue, Fuente: RelatosEróticos
... hoy antes de que te vaya. Sentí la ira recorriendo mi cuerpo y sin percatarme tenía los puños apretados, quería renunciar en el acto y mandarla a la mierda, pero decidí respirar profundo y regresar a mi puesto de trabajo a ver que podía hacer. Esa cuenta no se necesitaría hasta fin de mes y apenas estábamos a mitad de mes, así que pensé en sentarme trabajar en la cuenta y aprovechar cualquier descuido a la hora de la salida para escabullirme. Avancé todo lo que pude en la cuenta y a las 5 de la tarde cuando comenzaron a irse los primeros Ginett me llamó a su oficina y cuando entré me tiró los papeles de la otra cuenta y me gritó de muy malas pulgas –esa mierda no sirve, está llena de errores, arréglalo que eso hay que entregarlo hoy – quería matar a la perra, porque esperar hasta último minuto para revisar el trabajo y hacerle cambios pendejos pero que me llevarían horas en cambiar era una gran putada. Lleno de ira levante los papeles y los lleve y comencé a trabajar lo más rápido que podía, quería salir de allí antes de matar a la muy perra. En fin, pasaron las horas y ya era muy tarde para ir a ningún lado. Cerca de las 8:30 logré terminar las putas correcciones y se las llevé de nuevo, las coloqué en su escritorio y le dije – todo está corregido, me voy – al oírme frunció el ceño y tomó los papeles y comenzó a revisarlos mientras yo recogía mis cosas. A estas horas ya todos en la oficina se habían ido hacia horas… estaba seguro que ya no había nadie en el edificio entero ...
... a esas horas un viernes. Mientras terminaba de recoger pensaba en que la muy perra sólo pidió los cambios para joder ya que ella nunca pedía los trabajos en un formato distinto al acostumbrado pero me traté de calmar pensando que al menos en dos días no la vería más. Oí un grito detrás de mí y era ella, me decía – esta mierda no sirve inútil de mierda – y me tiró los papeles en la cara, sentí que la ira me recorría el cuerpo así que le iba a gritar que agarrara su empleo y se lo metiera por el culo porque eso no iba a tolerarlo, cuando ella se acercó con los pocos papeles que le quedaban y me grito –sólo un maricón poco hombre puede hacer un trabajo tan mal hecho – al oírla la furia se apoderó de mí, el que me gritara era algo que había podido manejar hasta ese momento, pero que me llamara maricón hizo que perdiera completamente los cabales. La sujeté por los cabellos de la nuca con mi mano izquierda y tiré de los cabellos de ella hacia un lado y luego hacia el otro, mientras que con la mano derecha le di una bofetada y le grité – como me llamaste grandísima perra? Acaso puta barata me llamaste maricón? – esta reacción era algo que ella no se esperaba, estaba acostumbrada a gritarnos a todos y todos nos quedábamos callados, pero ella traspaso el límite por mucho esta vez. Después de la bofetada ella quedó como aturdida y comenzó a tartamudear, apenas logró decir – yo… yo… no quise… - ya la ira se había apoderado de mí y al oírla tartamudear sólo se revolvió la ira en mí y le ...