Entrega total (capítulo 1)
Fecha: 18/08/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos
... lencería: a las mujeres le gustaba tenerlas totalmente desnudas. Abrió otro cajón y vio unos cuadernos que llamaron su atención. No eran nada del otro mundo: cuadernos de espiral normales y corrientes. Había ocho y cada uno era de color distinto y de marca variada, pero del mismo tamaño, y estaban numerados. Cogió el que estaba más arriba y lo abrió. Era de doble rayado y estaba escrito con letra clara, aunque no excesivamente bonita. Lo que empezó a leer le llamó poderosamente la atención. Se quitó la cazadora, cogió el resto de cuadernos y se sentó en la descalzadota que había junto a la cama. El número uno tenía fecha de ocho años antes y terminaba el 31 de diciembre. Cada cuaderno correspondía a un año. Los estuvo ojeando porque quería centrarse en los dos últimos. Vio claramente una progresión en un pensamiento de sumisión insatisfecha. Una mujer frustrada que necesitaba urgentemente sentirse realizada con alguien que la marcara el camino, y llegó a la conclusión de que el hombre que lo consiguiera tendría una pareja sumisa y obediente para siempre. Esos pensamientos provocaron una erección definitiva en Paco, cuándo imaginaba todo lo que podía hacer con Marta y el potencial que había en ella. No lo pensó más, se levantó y a tirones la sacó la ropa que la quedaba, que no era mucha. La miró detenidamente. No era un bellezón, pero era manifiestamente mejorable: definitivamente tenía potencial. Según su criterio, las mujeres treintañeras están en la mejor época de su ...
... vida. También comprobó que no era rubia natural: el pelo púbico la delataba. Sin lugar a dudas algo a solucionar. La levantó en brazos y la llevo al baño. La dejó en el suelo, la incorporó poniéndola la cara sobre el váter y la introdujo los dedos en la boca provocándola el vómito. En ese momento pataleo un poco: nada que Paco no pudiera controlar. Después volvió a quedarse cómo muerta y la llevó de nuevo al dormitorio. Acercó la descalzadora, se sentó, y agarrando los pies de Marta empezó a frotarse la polla con ellos. Siguió leyendo y empezó con el último cuaderno, el más reciente en el tiempo, que fue revelador. «Me voy con cualquier hombre buscando no sé muy bien que: seguramente un placer inalcanzable para mí… me la meten en la boca, me follan cómo los conejos, hacen conmigo lo que quieren, pero no consigo nada… me he convertido en una gran fingidora: cuándo me impaciento finjo… hace mucho tiempo que no sé lo que es un orgasmo, si es que lo he sabido alguna vez. Posiblemente no». Paco se quedó pensativo analizando las párrafos que acababa de leer mientras seguía frotándose con los pies de Marta que seguía cómo muerta. Cuándo notó que estaba a punto de correrse, se levantó, se acercó a su cara y abriéndola la boca con la mano, eyaculó en su interior llenándola de esperma. Sintió cierto placer suplementario viendo cómo le resbalaba el semen pos la comisura de los labios. Se sentó otra vez en la descalzadora y siguió leyendo con los pies de Marta nuevamente sobre su flácida ...