1. Confidencias 18 Al macho mayor la verga no le responde


    Fecha: 19/08/2018, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... tiraba. Edu notó que no era yo quien le lamía y levantó la cabeza, yo le miré divertido. -Para los dos no tengo suficiente, sois dos perritos golosos los dos. No le aparté y continuamos lamiendo la polla y el escroto de aquel macho entregado a nosotros, abrió las piernas permitiendo que le llegáramos al ano y la verdad es que Dulce lamía a mucha velocidad y atrapaba cada gota de precum que salía por la uretra. Notaba que a Edu le encantaba y le temblaban las piernas cuando dulce rodeaba el capullo de su polla con su leguita de color rosa. -Quiero meterla en tu culito pequeño dejar de mamar. Esperé sus gestos para saber como quería cogerme. -Túmbate, voy a hacer un esfuerzo. Se colocó sobre mi sin apoyar todo su cuerpo, solo su barriga que se adaptaba perfectamente a la mía, como dos piezas que encajan, como su polla y mí culo; la prominencia de su barriguita peluda descansaba en la hendidura de la mía aprisionándome el pene. Abrí mucho las piernas para alojar su gran cuerpo y metí dos dedos de cada mano en mi ano para abrirlo y prepararlo para que su verga me penetrara con el menor esfuerzo, ya me había dilatado anteriormente en el baño y no me llevo mucho esfuerzo, sujeté su rabo gordo y macizo y lo apunté en la entrada de mi culo. -Ya Edu, lo tienes encajado amor, puedes apretar y entrarme. Tenía que ser él quien se moviera, yo estaba aplastado por su cuerpo. A pequeños golpes fue metiéndome la verga, costó que entrara la gran cabeza que resulta lo más sabroso en el recto ...
    ... pero luego era más fácil. Unos minutos más tarde me sentía invadido totalmente y lleno de su miembro, del cetro de mi amo, mi hombre y aunque viejo mi macho. Me sentía bien así, tan repleto de polla, hasta me gustaba su peso y que no pudiera respirar. Intentaba mover las caderas y la pelvis, y el poco movimiento que hacía lograba que mi ano se contrajera placenteramente acariciado por el grueso pollón, y que pudiera jugar apretándolo y soltándolo para exprímele y que la leche le saliera. Y otra vez Dulce vino en mi ayuda, notaba su lengüecita alrededor de mi estirado ano, lamia la verga de Edu cuando salía de mi culo y mi tirante piel, la sensación era nueva y deliciosa, miré a los ojos a Edu que levanto la cabeza oculta en mi yugular hasta entonces. -¿Lo sientes? Es fabuloso como lame. Bésame Edu. El beso duró muy poco, mi hombre se ahogaba y llevé su cabeza sobre mi cuello para que la reposara, no quería que se moviera, ya lo haría yo y con la ayuda de Dulce mi hombre empezó a dejar el semen en mi vientre, con convulsiones cortas y jadeantes en mi cuello. También me dio placer sentir como me llenaba con sus fluidos y los tiritones que daba su cuerpo sobre el mío hasta que se quedó quieto y su verga empezó a salir y abandonar mi ano. Dulce no paraba de lamer y limpiarle la verga, ya pellejo, de Edu y mí abierto ojete donde metía la legua buscando el néctar del macho, hice fuerza para que el semen fuera saliendo despacio, brindándome un suplemento placentero por las lamidas ...
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