HALLOWEEN Y LA GATA
Fecha: 21/08/2018,
Categorías:
Anal
Transexuales
Autor: MelkartXXI, Fuente: xHamster
... obstante, dos calles pueden parecer todo un mundo cuando te paras en cada esquina a darte un beso o una caricia, y subir en ascensor puede parecer interminable cuando la gata ha encontrado un hueco entre los pliegues de tu disfraz y lucha hábilmente contra la cremallera de tu pantalón. Cuando entramos en su casa, completamente a oscuras, recuerdo chocarme con una mesita, algo que tal vez fuera un armario y lo que creo que fue un sofá. A pesar de todo ni me maté ni rompí nada, y así, con torpeza por mi parte y decisión por la suya, llegamos hasta su dormitorio, que sí poseía algo más de luz gracias a una ventana que daba a la calle, y por la que colaban las tenues luces de las farolas.No sabría deciros cómo acabé desnudo. Simplemente mi ropa ya no estaba sobre mi cuerpo, y sus labios jugaban con mi pene, dándole besos suaves, lentos, húmedos. Sentía mi pene erecto como pocas veces antes, y la gata seguía besándolo traviesa, dándome ahora un largo lenguetazo, aparecieron de repente a mis espaldas y mordiendo mis nalgas, abriéndolas y dándome un interminable lametón entre ellas que me hizo temblar y casi me roba el equilibrio. Ya no podía más, y su ropa también iba cayendo, hasta que su cuerpo totalmente desnudo quedó pegado al mío como si fueran uno solo. Y entonces lo noté: era un transexual. Nunca me había encontrado ante aquella situación, y aunque siempre he intentado ser muy abierto de mente, y a pesar de que me encontraba muy excitado, reconozco que dudé y me sentí ...
... realmente confuso.No sé si fue al ver mi confusión, pero el hecho es que me miró fijamente, desafiante. Su rostro era increíblemente hermoso, y las sombras no hacían más que jugar sobre su piel, cuyo calor y suavidad aún sentía. Las esmeraldas de sus ojos se me clavaron en los míos, mi erección no cedió lo más mínimo, y de repente me di cuenta que estaba tan excitado como cuando llegué, que la gata me seguía pareciendo hermosa, y que si dejaba pasar aquella oportunidad seguramente me acabaría arrepintiendo. Le di un leve empujón y ella se dejó caer sobre la cama, abrí sus hermosas piernas y, tal y como tenía planeado, busqué su ano con mi lengua; era tan suave como el resto de su cuerpo, y el ruidito que lanzó realmente me recordó al ronroneo de una gata.Tras jugar un buen rato con su culo, me di cuenta de que su pene, si bien erecto, era bastante pequeño, totalmente depilado, como el resto de su cuerpo, y sentí una curiosidad extraña que me hizo dirigir mis labios hacia él. No sé si intentó apartarme o si simplemente se agarró a mi cabello para sentirse más unida a mí, pero el hecho es que pasé mis labios sobre él y sentí cómo se estremecía. Le di varias veces con la lengua, y no pude dejar de sorprenderme de que fuera tan suave y que tuviera aquel tamaño tan pequeño, casi como un gran clítoris. Jugué un poco con él, aunque realmente no sabía muy bien que hacer con él, y mi dedo dentro de su ano parecía estar dándome mucho más placer que mis labios. Finalmente, fue la propia gata ...