1. Las mejores maestras


    Fecha: 26/08/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... furia y como un experto. Los meses fueron pasando así, mi padre se caso con esa diosa y nuestras vidas continuaban con normalidad. Mi padre era un hombre feliz, pero ya con problemas de salud (corazón), Mónica tenía novio y Conchi y yo, seguíamos con nuestros juegos sexuales. Llegaron las fiestas del pueblo y dado que ahora mi padre era un hombre más jovial, le pedimos permiso para poder ir al baile. Nos dio su permiso, cosa que nos llenó a los hermanos de alegría. Al decirnos que si, me fijé en que guiñaba el ojo a Mireille y sonreía. Mis hermanas tenían permiso para salir hasta las 03.00 de la mañana y yo hasta la 01.00 (por ser aún el pequeño). Así fue como esa noche salimos los 3 hermanos con ganas de fiesta, pero yo me iba a encontrar con la fatalidad (gracias a Dios) de que mis amigos tenían que volver a casa a las 24.00 horas. Es por ello que llegué a casa 1 hora antes de lo previsto. Supuse que mi padre y Mireille debían estar durmiendo, por lo que entré sin hacer ningún ruido. Al empezar a andar por el pasillo, oí gemidos de placer, los cuales salían de la boca de Mireille. Me fui acercando a la puerta de su habitación, de manera totalmente silenciosa. No la habían cerrado del todo, tan solo la habían dejado ajustada. Con todo el miedo y la excitación del mundo, apoyé suavemente la punta de los dedos en su puerta, para que se abriese tan solo 1 centímetro y poder observar lo que allí se acontecía. Mi corazón dio un vuelco, mi padre estaba sentado en el borde de la ...
    ... cama con la camisa desabrochada y Mireille estaba sentada encima de él con las piernas abiertas y tan solo una camiseta larga de tirantes ceñida y sus bragas. Se estaban besando y el acariciaba su espalda cuando levantó la camiseta y dejó al descubierto sus tetas, ¡Dios, se las estaba viendo!, cuanto tiempo había esperado este momento, eran tal y como me las había imaginado, de tamaño mediano, con los pezones pequeños, ahora ella se arqueaba hacia atrás mientras él le chupaba los pezones y le acariciaba los muslos, sus manos empezaron a introducirse entre sus piernas y los gemidos de Mireille hacían pensar que mi padre la estaba masturbando. No me podía creer que esto estuviese pasando, ya sudaba a chorros y me dolía la polla de lo dura que estaba. Me retiré un segundo para respirar con tranquilidad y volví a mi puesto de observación. Mi padre se estaba levantando y ahora era Mireille quien se sentaba en el borde de la cama de cara hacia la puerta y a donde yo observaba, mientras él se arrodillaba y le bajaba las bragas. Mireille separó las piernas y él comenzó a comerle el coño. Siempre había fantaseado sobre de que color tendría el vello púbico y sobre si lo llevaría depilado, pero todavía no se lo podía ver, me tapaba mi padre, de todas formas si le veía la cara y era todo un poema, estaba colorada, sudorosa, con los ojos entreabiertos y gimiendo de placer. En aquel momento ella miró hacia la puerta. Por un momento creí morirme, estaba seguro que ella me habia visto, o como ...
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