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CARLOS-KARLA II (LA CONQUISTA)
Fecha: 26/08/2018, Categorías: Dominación Autor: mogwligdl, Fuente: SexoSinTabues
... se me fue a estrellar a media cara provocándome un asco inigualable. Martin se salió de mí con la misma naturalidad con la que das por terminada una tarea diaria para dejar su posición al relevo. — ¡Abre las piernas, putillo… que te la voy a meter de un solo envión!-me repitió Daniel cuando posicionándose nuevamente se preparaba para continuar violándome. Y así lo hizo. De nada valieron mis suplicas. De nada valió que rogara que pararan ese tormento. De nada valió que llorara cuanto pudiera. Ellos solo estaban allí para satisfacerse. Uno por uno pasaron por mi culo en forma alternada alardeando de su hazaña. Uno por uno me siguieron insultando tanto física como verbalmente. De una forma muy calculada, Daniel se administraba y administraba a Martin para durar entre los dos aquel macabro juego. Cuando yo pensaba que estaban por terminar, cuando sus gritos y jadeos alcanzaban un cierto nivel, simplemente abandonaban mi culo para que el otro tomara la posición y siguiera mi tormento. A ratos mis piernas desfallecían y no podía mas soportarlas en tal posición. Tal vez el dolor disminuía conforme mi culo crecía y se amoldaba a ese par de falos erectos pero mi delicado culo se rebelaba ante el castigo de constante roce provocándome un ardor que crecía y crecía conforme me machacaban el asterisco. El cruel de Martin se dio cuenta de mi ardor y del cansancio de mis piernas y haciendo una especie de juego me las jalaba hasta posiciones inverosímiles que jamás pensé poder adoptar ...
... haciendo que mi culo se abriera y así sufriera nuevas embestidas y nuevos espasmos de dolor. Cuando ya seguro sintió que mi culo no le ofrecía ninguna resistencia, cuando sintió que ya me lo habían reventado a su antojo, cuando seguramente dejó de parecerle divertido o placentero sacármela de golpe para volver a clavármela de una sola estocada, Daniel me afirmó con fuerza jalándome por los pelos y no contento con estarme cogiendo aumento sus posibilidades de diversión. Me pellizcaba mis pezones haciéndome llorar más y estrujando mis pechos me recordaba cuanto le gustaron. Me volvía a herir diciéndome como rebotaban mis tetas como las de las viejas. Me decía que ya había chingado porque yo no necesitaba cirugía. Haciendo esto se dedicó a follarme a lo bestia, hundiéndome su verga hasta que sus huevos me nalgueaban nuevamente y rugiendo como un león al tiempo que me serruchaba rápidamente sin ninguna misericordia. — ¡Dale Daniel…revienta al maricón…! – gritaban Martin coreando – ¡Pártele el culo…que para eso el puerco es un puto maricón…! Y Daniel seguía clavándome su poderosa verga sin pausa. Aquello se me estaba convirtiendo en una eternidad. Con cada embestida sentía como si algo dentro de mí se quebrara sin remedio, como si mi alma se arrugara de dolor moral y de completa humillación…y la gran desvirgada continuaba — ¡Chingatelo … chingate al putito…! ¡Dale duro en el culo…quería ser vieja como sus amiguitas…! Ha pasado mucho tiempo desde aquella tarde, otras vergas han entrado ...