Abuso de autoridad
Fecha: 27/08/2018,
Categorías:
No Consentido
Dominación
Autor: fernandete, Fuente: CuentoRelatos
... pija de su compañero que luego de 15 o 20 minutos no parecía tener intenciones de correrse aún. Me ordenaba que se la escupiera, que se la mordiera, que le comería las bolas negras, me tapaba la nariz cuando le tenía hasta el fondo, me jaloneaba la cabellera, me abofeteaba también, en fin, me forzó a hacerle de todo el muy hijo de puta. En eso sentí como el policía que se había dedicado a contemplarnos me tomó de las manos aún esposadas y las jaló hacia él. Yo no podía verle porque estaba ocupada con la tranca de su compañero y no me dejaba voltear ni que se la dejara de tragar, mis quijadas ya me dolían de estar tanto rato en eso. Sentí que mis manos fueron a dar a la bragueta de aquel sujeto que por fin daba señales de querer participar. Entendí de inmediato que pedía mi ayuda para sacar su polla fuera del pantalón, por lo que mis manos buscaron a tientas su cremallera para abrirla y liberar su verga. Aunque no podía mirarla, sí podía palparla, era cortita pero suficientemente gorda como para compensar la falta de longitud. Ya a esas alturas del encuentro yo estaba recaliente al pensar que inevitablemente haríamos un trío, lo que generó varias imágenes en mi mente de cómo sería. Se la pajeaba lo mejor que podía pues mi boca estaba secuestrada y al cabo de un minuto me quitaba ya los vaqueros que llevaba puestos. Entre ambos oficiales me giraron de modo que quedé en cuatro sobre el asiento, mi trasero apuntando hacia la izquierda de la cabina donde se encontraba el policía ...
... conductor y hacia la izquierda mi cabeza que aún succionaba el mástil del otro policía. De un momento a otro noté como la punta de una verga frotaba la entrada de mi coño. Como una cascada, mis fluidos vaginales resbalaban por mis ingles y muslos, realmente me encontraba súper excitada. Luego sentí como la cabeza de su pene abría camino para que el resto de su hinchada barra se fuera incrustando en mi interior. Una vez que mis paredes vaginales se acostumbraron al grosor de su instrumento, el policía inició con sus embestidas, cada vez más brutales. Ambos oficiales disfrutaban de pronunciar comentarios obscenos y degradantes hacia mí: -Esta puta resultó muy obediente. Se hizo la víctima, pero mira ahora el gusto que le da tragarse mi verga jajaja -comentó el oficial que invadía mi boca. -Y este coño está que escurre a chorros jajaja -mencionó el otro al tiempo que me azotaba violentamente las nalgas con su cinturón. -Seguro el niñato de su novio no sabe violarla como la puta que es -le contestó. Extrañamente sus palabras altaneras y burlonas me calentaron aún más. La situación era altamente morbosa para mí: estar ahí en un lugar desolado a merced de esos desconocidos, sometida y sin poder huir, con las manos esposadas y recibiendo dos vergas al mismo tiempo. Una extraña mezcla de temor y lujuria invadía mi cuerpo y mi mente, la verdad para ese entonces ya ni pensaba en Leo, solamente me dejaba llevar y violar por esos tipos. Disfrutaba aquella gorda verga en mi coño que me ...