El patio.
Fecha: 29/08/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
De cómo dos amigos de infancia, en el verano del 2009, en el pueblo de Manuel, debido al calor asfixiante que hacía y a la falta de piscina, se dieron un baño refrescante con una manguera. Corría el verano de 2009, yo disponía de 13 años por aquél entonces. Pelo largo castaño, cuerpo delgado, marcado, pero tampoco en exceso, ojos marrones, y un pene de tamaño medio, de unos 15 cm erecto. Como siempre me ha gustado el hecho de tener una apariencia algo infantil, siempre iba depilado, aunque no niego que a veces me dejaba un triángulo en la zona púbica. Manuel tenía 12. Un chico pijo, de media melena rubia (si, estaba de moda ese pelo por aquél entonces), muy amanerado en su forma de hablar, ojos color verde, como la albahaca, delgado, muy delgado de cuerpo, un buen trasero, estaba muy guapo para su edad. Comencemos con el relato tras esta breve descripción. Era un día de Julio, en el sur de España. Hacía un calor horrible, quizó unos 40ºC. Desde siempre, mi familia y la familia de Manuel han sido muy amigos, desde que nosotros nos mudamos de ciudad. Siempre nos acogieron bien. Alfonso, el padre de Manu, y mi padre mantenían en común una afición, pasear por el campo en busca de aves a las que fotografiar, paisajes, y demás. Sin embargo, nuestras madres eran completamente opuestas a ellos. Siempre buscaban un resquicio para escaparse e ir de tiendas. Coincidió que un día, todos se fueron de viaje, exceptuando a mi hermana y a la hermana de Manuel (obviamente no voy a dar datos ...
... de ellas porque no las considero importantes en esta historia), que se quedaron porque habían quedado con unas amigas para ir a tomar algo a la ciudad. No volverían hasta bien entrada la madrugada. Serían las 5 de la tarde cuando Manuel y yo nos quedamos completamente solos. A Manu siempre le habían encantado las muñecas como las Barbies, y yo era más de videojuegos. Por lo que, Manu y yo hicimos un trato. Estábamos jugando juntos un rato con las muñecas y otro rato jugábamos al FIFA en la Xbox, pero no sabíamos que íbamos a acabar dándonos un baño de agua en el patio. Hacía demasiado calor en aquella habitación infantil, decorada con pósters de grupos de música adolescentes, con muñecas vestidas de distinta manera en cada balda de lz estantería blanca que tenía. Decidí quitarme la camiseta y el pantalón y quedarme solo en calzoncillos (no iba con otra intención). Manu se quedó mirándome a mi paquete, que no estaba nada abultado, y al fijarme, el volteó la cabeza, Tras media hora jugando, le propuse el darnos el dichoso remojón con el agua que salía de la manguera. Por supuesto, él accedió, total, ni dios se iba a dar cuenta de que nos habíamos bañado, porque nuestras hermanas iban a volver muy tarde y no en buenas condiciones y nuestros padres llegaban dentro de unos tres días o así. Llevé todos los aperos del baño, esponjas, jabones, gel, champú, toallas... Y le dije a Manu: "¿Por qué no empiezas tu dándote el baño y te remojo yo?" Él prefirió que yo fuera el primero. Sin ...