El patio.
Fecha: 29/08/2018,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... más dilación, me quité la prenda que me sobraba y accioné la manivela del agua. Manu empezaba a enchufarme con la manguera por todo el cuerpo. Notaba cómo las gotas resbalaban por todo mi cuerpo y muchas de ellas regresaban al suelo saltando desde mi pene. Me enjaboné, pubis, nalgas, entre las nalgas, mi entrepierna, todo, y cuando terminé, decidí quedarme desnudo, hacía demasiado calor y sabía que no me iba a poner enfermo. Cuando vi que Manu comenzó a desnudarse, vi ese pequeño pene en una erección de unos 12cm, completamente tieso entre esas dos piernitas de alambre, morenas, con la marca del speedo que empleaba para bañarse. Empezó a enjabonarse, pero le dije que ya le enjabonaba yo. Moría por tocarle por todos los sitios imaginables. Cuando le pasaba el gel por su pecho, notaba cómo sus pezones estaban erizados, no podía evitar tocárselos. Él se acariciaba el pene y me cogía de la nuca a pesar de la diferencia de estatura, y gemía al acercar mi pene a su ano, y ni les cuento el suspiro que daba cuando le rozaba la punta de mi glande con su perineo. Tras terminar de enjabonarlo, decidí ir un paso más allá. Yo sabía que el chico se masturbaba analmente, no me digan con qué, pero me lo admitió que le gustaba, y aproveché que no era virgen para introducirme en él. Me encantaba la manera en la que echaba sus caderas hacia atrás para facilitarme la penetración. El ritmo se aceleraba, cada vez era más fuerte el choque de la carne contra la carne. Llevé su mano hacia su pequeño ...
... miembro que parecía que iba a explotar y comenzamos a hacerse una paja, él con su mano por encima de la mía y yo con mi mano le masajeaba los testículos. Le senté, me moría de ganas por comerme su pequeño manjar. Se le secó un poco la piel mientras nos dábamos un beso y le tenía cogido en mi regazo. Le senté en una silla, hice sus caderas hacia delante, y mientras una de mis manos pajeaba ese penecito, mi boca iba hacia su glande, mi lengua lamía todo. Sus testículos, su perineo, su ano... El chico prácticamente gritaba del placer. Mientras le mamaba ese pedacito de carne, decidí meterle un dedito en su culo, para poder así masajear su próstata y hacer que se corriera más fácil. Así fue, el semen que emanaba de su uretra se mezcló con mi saliva. Sabía salado, sabor que me gustaba. La cosa no quedó ahí. El decidió hacer lo mismo que hice yo. No vean qué mamada me hizo. Se la tragaba entera, me pajeaba con la saliva que estaba en mi pene, la volvía a meter, la lamía, me lamía los huevos... Y obviamente, como quise llegar, le dije que me metiera un dedo en el ano. El al principio renqueó un poco, pero al agarrarle uno de los dedos y ensalivarlo bien en mi boca, accedió sin mucha convicción. Le dije que pronto iba a llegar al orgasmo, y que iba a soltar mi semen en su boca. Que conste que le advertí, pero el chiquillo no se apartó, y todo el semen fue a parar a su cavidad oral. Lo tragó. Las gotas que se quedaron en mi pene y que se escurrían al ser mezcladas con la saliva, las ...