Mi vecina Mari. 3.Viernes noche en su casa
Fecha: 31/08/2018,
Categorías:
Sexo con Maduras
Fetichismo
Autor: xavimysk, Fuente: CuentoRelatos
... puedes bajar guapa. -¿Que me has puesto? -Una toalla, es para no ensuciar demasiado. -¿Ensuciar? ¿Qué piensas hacerme guarrete? -Paciencia, que ya estamos llegando. Llevé mi mano a su entrepierna y acaricie su espesa mata de vello, ella se encogió ligeramente al notar el inesperado contacto, la humedad de su sexo se notaba perfectamente en la cercanía de sus labios vaginales. -Umm, que gusto.- Dijo ella mientras la yemas de mis dedos se deslizaban sobre su raja sorteando sus ensortijados vellos. Estaba realmente excitada y se podía percibir claramente tanto en la humedad que destilaba su sexo como en la erección de sus grandes pezones que subían y bajaban con cada respiración. Separé sus muslos y hundí mi cara en su entrepierna para aspirar fuertemente el aroma a sexo que desprendía su conejo, ella llevo su mano hasta mi cabeza y la apretó contra si mientras yo movía mi cara a un lado y a otro restregándome contra su inmenso coño. -Sí nene, cómeme el coño, cómeme toda. Pero mi intención no era comerle el coño todavía, sino más bien guardar un recuerdo de este antes cumplir mi plan. Para su sorpresa aparte su mano de mi cabeza me retiré de su entrepierna. -Pienso comerte este pedazo de coño que tienes Mari, pero será en unos minutos. Tras buscar brevemente en la bolsa que había traído de casa, saque la maquina corta pelo y sin más le di al botón de encendido. La máquina comenzó a zumbar y Mari dio un respingo sobre la cama. -¿Qué eso? ¿No será un consolador de esos a pilas? ...
... -Ja ja ja- Reí divertido al comprobar que estaba tan perdida- No Mari, no es ningún consolador. ¿No tiene suficiente con mi polla? -Tengo más que suficiente con tu polla mi niño. -Entonces confía en mí y simplemente separa tus muslos. Sin rechistar se abrió de piernas dejándome total acceso a su todavía peludo coño. Llevé la maquina hasta él y con cuidado comencé a deslizarla por su pubis cortando el vello prácticamente al cero. Mari respondió con leve escalofrió y enseguida dijo: -Ahora entiendo cabroncete. No te gusta mi chocho peludo, lo quieres bien pelado como el de las niñas de ahora jaja. -Me encanta tu coño peludo Mari, pero en la variedad está el gusto y hoy lo quiero sin un pelo. -Haces conmigo lo que quieres Javi. Ja ja ja, me haces cosquillas. La máquina continuaba zumbando por su entrepierna mientras el vello cortado caía en la toalla hábilmente colocada a tal efecto. El vello de su pubis desapareció en pocos segundos, pero al llegar a los alrededores de sus labios vaginales baje el ritmo para adaptarme al contorno y los recovecos de su gran coño. Mientras con una mano alisaba su chocho estirándolo a fin de ofrecer una buena superficie para el corte, con la otra pasaba la maquina delicadamente avanzando todo el trabajo que me era posible. En unos minutos había llegado tan lejos como me fue posible con la máquina. Sin duda los acabados finales requerían de una herramienta de mayor precisión. -¿Ya está?- Preguntó Mari al dejar de oír el zumbido de la máquina. -No, ...