1. Esperanza y Caridad


    Fecha: 31/08/2018, Categorías: Lesbianas Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    ... vuelta su amiga y se lo pellizcó. Después abrió las nalgas de su pequeño y redondo culo y se lo lamió y se lo folló con su lengua un rato largo. Caridad.-¿Qué más te hacía, cariño? -le preguntó con voz melosa. Esperanza.-Me pellizcabas los pezones y me chupabas las tetas... Le volvió a dar la vuelta, y le pellizcó los pequeños pezones, hasta que sintió un: "Ay". Le lamió y chupó las tetas largo rato. Acabó mordiéndole los pezones, hasta que soltó otro: "Ay". Caridad.-¿Qué más te hacía, cielo? Esperanza.- Me chupabas el dedo gordo de los pies. Caridad no le chupó los dedos gordos, le chupó los diez dedos, y le lamió las plantas de los pies. Caridad.-¿Qué más te hacía, corazón? -le volvió a preguntar con voz azucarada, Esperanza.-Me ponías la almeja en la boca y me obligabas a comértela. Caridad, dándole la espalda a Esperanza, le puso su coño encharcado en la boca. Esperanza, cogiéndola de las tetas le comió el culo y el coño más de diez minutos, en los que Caridad no paró de mover el culo buscando la lengua de Esperanza. Caridad.-¿Qué más te hacía, vida, que si sigo me corro? Esperanza.-Hacíamos un 69 y nos corríamos una en la boca de la otra. Caridad sólo tuvo que estirarse. Metió dos dedos dentro del coño de Esperanza y la masturbó mientras le lamía el clítoris. Al rato, sintió como el coño de Esperanza apretaba sus dedos, al tiempo que el suyo se abría y se cerraba. Se vinieron al mismo tiempo. Ambas se corrieron soltando chorros de flujo como cuando vuelve el agua ...
    ... después de haberla cortado, a presión. Esperanza tembló de gusto, a Caridad, el gusto hizo que su cuerpo se sacudiera. Al acabar de correrse se volvieron a echar boca arriba. Le preguntó Esperanza a Caridad: Esperanza.-¿Y tú que me hacías a mí, Espe? Caridad.-Soy muy fantasiosa. Esperanza.-¿Tríos? Caridad.-Tríos con una chica y contigo, con dos chicas y contigo, con tres chicas y contigo... Esperanza.-¿Eres lesbiana, Cari? Caridad.-Supongo. Estoy loca por ti. Esperanza.-¿Y las pajas pensando en casados y solteros? Caridad.-Una mentirijilla. Se volvieron a besar. La mano de Esperanza fue hasta el coño chorreando de Caridad y le metió dos dedos. Caridad metió otros dos dedos dentro del coño de Esperanza. Se masturbaron besándose, magreándose y chupándose las pequeñas tetas una a la otra. Un cuarto de hora después, más o menos, los gemidos se ahogaban en sus bocas. Caridad.-Yo ya me voy a correr, Espe. Esperanza.-Yo también, Cari. Poco después, al correrse, sus cabezas se echaron hacia atrás y sus cuerpos hacia delante. Fue tanto el placer que sintieron que se olvidaron de que no estaban solas en casa. Sus gemidos se oyeron en toda su intensidad. Rosa, la madre de Esperanza, una cuarentona, oyó los gemidos de placer de su hija y de Caridad. Jacinto, el padre, dormía. Rosa, al acabar los gemidos, despertó a Jacinto con un empujón. Jacinto.-¡¿Que, qué, qué pasa? -preguntó, sobresaltado. Rosa.-¿Echamos un polvo, Jacinto? Jacinto-¿Y eso? Rosa.-¿Echamos un polvo o no? Jacinto.-Echamos, ...