Belleza virgen
Fecha: 07/10/2017,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... Parcera se recostó en una felpuda alfombra. Recibió entonces, por primera vez en la vida, un tratamiento de lengua en su rinconcito más íntimo. Marcelo se abría camino en su entrada que hasta hacía poco había sido intocada, y se deleitaba con los jugos propios de la excitación femenina que inundaba a mi amiga.Aquel maldito afortunado envolvía los delicados pliegues vaginales de la Parce (aún irritados por la desfloración) con su lengua que traviesa se movía. Después, aquella lengua se introdujo como un puñal en el canal vaginal.La Parcerita no sabía si abrir sus piernas para darle paso libre y que así profundizara en su sensible gruta, o si cerrarlas para atrapar con ellas la cabeza de Marcelo.La Parcera (quien nunca había sentido nada parecido) se retorcía y daba gritos mientras su cintura se agitaba violentamente. Lo que no sabía es que Marcelo realizaba aquella labor, no sólo para brindarle placer, sino que la preparaba para lo que vendría. La estaba lubricando a conciencia.Marcelo se reincorporó y se sentó en la alfombra con su espalda recargada en un sofá cercano. Su rostro, iluminado por las llamas de la chimenea, se notaba brillante al estar cubierto con los jugos amorosos de mi deseable amiga.Y así, bien húmeda por la excitación, Marcelo la tomó de la cintura y la levantó en vilo, colocándola sobre sus muslos e indicándole que se preparara a recibir su tremenda erección. Parce, con total conciencia de lo que vendría a continuación, se preparó a recibir a tal ...
... invasor. Ella misma se dejó caer lentamente fijándose muy bien, esta vez, cómo es que la cabeza de aquel instrumento se abría paso entre sus pliegues vaginales.Eufórica por el gusto de volver a sentir el pene de Marcelo en su interior, se dejó caer de un sentón que le hizo rebotar de forma violenta. Por un segundo creyó que se había hecho daño debido al dolor. Afortunadamente no fue así, su cuerpo resistió.—Ufff... creo que entró toda —susurró Parcerita con voz débil.—Sí hermosa. Lo hiciste muy bien. Te la clavaste toda adentro, ahora no te muevas. Quiero que sientas bien lo que te ha entrado. Voy a hacer palpitar eso que aún te lastima, ¿de acuerdo? —le dijo Marcelo.La Parce, nerviosamente, asintió.Marcelo, con total seguridad, hizo lo prometido.—¿Sientes? —le interrogó mientras inflaba la cabeza de su glande a voluntad.—Mmmm... sí —respondió ella casi en un suspiro.La Parcerita podía sentir, en el fondo de su intimidad, aquella cabeza palpitando. Se sorprendió a sí misma cuando comenzó a hacer contracciones vaginales, como queriendo ajustar la estrechez de su gruta a las dimensiones del enorme invasor.Al poco rato, la Parcerita era quien iniciaba el dulce vaivén. Poco a poco, la seudo-adolescente, iba dominando el ritmo y su movimiento era más acompasado, haciendo juego con la cadera y la pelvis. Lento en principio, pero más rápido al proseguir, los movimientos se volvieron arrebatados.La Parce sentía como si estuviera haciendo una travesura que le causaba mucho placer. E incluso ...