1. Las victimas de Dante: Mi hermano - Por Xeda


    Fecha: 07/10/2017, Categorías: BDSM Autor: Xeda, Fuente: SexoSinTabues

    ... completamente empapado de líquido pre seminal. Con una mano restregué el líquido por todo su pene, con la otra, le acariciaba la entrada de su ano que ya empezaba a dejarme meter la punta del dedo. Empecé a chupársela. Tengo que reconocer que me dio mucho más morbo de lo normal, tal vez por el incesto que estaba cometiendo… Tendría que haberlo hecho mucho antes. No cesaba de masturbar su ano mientras exprimía al máximo su pene con mi boca. Me levanté y le besé. Me devolvió el beso como si llevara toda la vida amándome en secreto. Nuestras lenguas se abrazaban, nuestra saliva se mezclaba y el aroma de su pene invadía su boca. Estábamos los dos muy excitados, hace mucho que mi pene se me había salido de los pantalones a causa de la erección que tenía. Le di la vuelta, le apoyé contra el ascensor y le penetre su ano. Sentía mi pene muy apretado y caliente. Llegue hasta el fondo con la primera penetración, lo que le hizo emitir un gemido de placer. Empecé a follarlo muy fuerte. No sé si alguna vez le habían penetrado el ano, pero lo que es seguro es que había descubierto el paraíso. Mientras le daba placer en su ano, mi mano hacia lo propio con su pene, masturbándolo rápido y fuerte. Un temblor excesivo de pies a cabeza, el doblarse de sus rodillas y su semen caliente resbalando por mis dedos me hizo ver que acababa de ...
    ... correrse. Había llegado el momento de que yo le llenara el culo de mi caliente leche. Mi momento de placer. Eché mano a mi amada, había llegado el momento de empezar el trío. Solté el pene de mi hermano, le cogí del cuello mientras seguía follándole su ya bien dilatado ano y le susurré al oído: “Espero que te haya gustado hermanito. Ahora, voy a terminar dentro de ti. Te voy de llenar el culo de semen. Después, te lo chupare para tragármelo. Aunque eso no creo que lo sientas”. Una caricia, un susurro y una penetración: mi dedo acaricio el gatillo, el silenciador hizo del ruido sordo del disparo un susurro y la bala penetro rápidamente su espalda acomodándose en su corazón ya muerto. Sin necesidad de seguir follando su cuerpo inerte, un gran clímax invadió mi cuerpo e hizo que le llenara el culo de semen. Tal como le dije, le chupé el ano para beber mi caliente semen. Volví a activar el ascensor y salí tranquilamente por la entrada principal del edificio. Me había follado a mi hermano. Había matado a mi hermano. Todo el mundo cae ante un par de palabras bien enlazadas y unas cuantas acciones rápidas. Mi amada lo había vuelto a conseguir. Con tan solo acariciar su gatillo me da placer. Siempre me lo da, nunca me falla. Una víctima más que tachar de mi lista. No es la primera ni será la última, pero ella siempre estará conmigo. Xeda 
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