(8) Cuestión de bragas
Fecha: 14/09/2018,
Categorías:
Lesbianas
Sexualidad,
Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
Un aplauso rugió en la sala de conferencias, en el mismo momento en que Ana Etxeberría subía al escenario. Aquí la esperaban miembros de las altas esferas del campus para dar la placa a la mejor estudiante 2017. Hermosa y con un conjunto de noche vaporoso, recibió el galardón entre vítores y felicitaciones. El discurso de Ana duró un minuto y fue emotivo. A continuación, la celebración prosiguió en una recepción con champán, catering y música chillout que ambientaba para mejor el salón del hotel. Ana era el centro de atención. Todos y todas querían estar con ella, y a veces era agobiante, pero ella aguantaba el tipo muy bien. En menos de cinco minutos ya tenía una lista de 34 personas para ser follamigo, sumiso o putón. Varios empresarios le ofrecieron trabajos suculentos. Y representantes de 28 universidades la querían en su campus. Desde luego, Ana era la más deseada y solicitada. Tampoco era cuestión de pillar allí una cogorza, pero Ana se atrevió con una segunda copa de champán francés. Lo saboreó y un cosquilleo en la nariz la hizo reír. -¿Ana Etxeberría? –se aproximó un hombre canoso, muy elegantemente trajeado y con acento inglés. -Sí, la misma. -Me llamo Ian Henry Donovan y esta noche represento a Hugh Hefner. -¿Me habla de Playboy? -Así es. Esta es mi tarjeta. El señor Hefner te sigue desde hace mucho tiempo y anhela que seas playmate. -¿Quiere que sea una conejita Playboy? -Eso es. Un jet privado te espera en el aeropuerto para una sesión de fotos en Milán. Cuando ...
... tengas un hueco en tu agenda, te subes al jet. No se moverá de donde está. -Wow… No sé qué decir. -Di que sí y ya está. -Digo sí tres mil veces si es necesario. -Bien. Subamos a la suite presidencial. El señor Hefner quiere verte. -¿Está aquí? -No, pero podrás verle por skype desde California. ¿Me sigues? -Claro. Subieron unas escaleras hasta una suite de lo más lujosa donde esperaba un hombre guapo y desnudo, una secretaria con gafas y bloc, una chica encorsetada en negro y un ordenador HP dispuesto en una mesa. -Pasa, preciosa –la animó Donovan extendiendo la mano. -¿Qué es todo esto? -Te desnudas y te lo explico. Sin más dilación, Ana se limitó a desnudarse callada. Todas las miradas se clavaron en ella de modo lujurioso. -Ven, cariño –la cogió de la mano la secretaria en minifalda y blusa satén, y la colocó frente al ordenador. En la pantalla un anciano aguardaba al otro lado de la línea online-. Date la vuelta, separa los muslos y pon las manos en el suelo. Con esa postura, el señor Hefner degustó visualmente la vagina de Ana. Dovonan dio la señal y la chica procedió a masturbar de rodillas al hombre. La secretaria de Hefner abrió la vagina con los dedos para una mejor visión. -Precioso –se relamía el señor Hefner. La chica soltó varias chupadas… -Ya está. … y ya la dejó bien dura. -Vamos allá –dio Donovan una palmada. El hombre se colocó sentado en un tresillo frente al ordenador y Ana fue obligada a subirse a horcajadas. La chica que hacía de mamporrera la estimuló el ...