(8) Cuestión de bragas
Fecha: 14/09/2018,
Categorías:
Lesbianas
Sexualidad,
Autor: Mister Neron, Fuente: CuentoRelatos
... clítoris antes de la penetración. La secretaria se sentó al lado para coger datos y notas del coito. -Venga, amor, métetela, yo te ayudo –agarró la mamporrera la verga con una mano y el culo de Ana con la otra-. ¿Preparada? -Sí… -A la de tres bajas el culo. -Okay. -Uno… dos… ¡ya! El hombre le ayudó empujando hacia abajo desde los hombros. Todo ese kilo de carne entró mientras Ana gemía y se mordía la lengua del gusto. La secretaria anotó en su bloc algo. -Un poco más… eso es… hasta el fondo… muy bien, cariño… -la daba besitos la mamporrera por el cuello y el mentón-. Bueno, querida, tú ya sabes cómo va esto. No pares hasta que te corras. El señor Hefner te está mirando, así que debes de impresionarle. Dale ahí, zorrón –la palmeó en el culo y Ana propinó los primeros saltos. La secretaria iba tomando notas y la mamporrera controlando el coito pélvico. -Más rápido, vamos… Ana obedeció totalmente cachonda. La secretaria, a veces, metía la mano, palpaba y anotaba. Toda su atención se localizaba en esa polla preciosa que salía y entraba con más ímpetu a cada segundo. Donovan se encargaba del material fotográfico con una cámara Sony. -Ahhh, coño… qué pollón… -brincaba Ana de menos a más. -Te estás follando a Mister Toledo, querida –susurraba la mamporrera con dulzura-. Madre mía… estás bien rica, Ani… -Ahhhhh… uuuuuuy…. Jodeeeer… El hombre gozaba mientras saboreaba los pezones de Ana en su boca. Botaban como globitos de agua y daban ganas de morderlos. -Vamos, Ani, eres una puta ...
... campeona… -la alentaba la mamporrera. -AHHHHHH… COÑOOOOOO… -Demuestra lo que vales… La secretaria seguía todo el proceso coñal con excitación pero sin perder su profesionalidad. El sexo se convirtió en golpes salvajes con el coño. La mamporrera se abrazó al culo de Ana en un intento de no perder el control de la situación. Tres minutos más y Ana alcanzó un orgasmo, grito, otro más, grito más alto y un tercero que hizo eyacular a Mister Toledo. -Así, así, así, cariño –se recreó la mamporrera en la cara orgásmica de Ana. La secretaria es cuando cogió más apuntes y el bolígrafo escribía con rapidez. Otro minuto más y por fin Ana se relajó, entumecida y embadurnada de sudor. Se giró, miró al señor Hefner en la pantalla y le envió un besito con un I LOVE YOU. -Chicas, una sonrisita –las fotografió Donovan. Ana sacó la lengua obscenamente y la mamporrera no fue menos. Donovan tuvo que reírse. -Coño corrido –palmeó la mamporrera el culito de Ana y se bajó del tresillo. -Eres increíble –alucinaba Míster Toledo-. Quiero tus bragas y tu whastapp. -Vale, pero a cambio quiero tu zurullo. -¿Cómo? -Lo que sueltas por el culo cuando tienes un apretón. -Ya sé lo que es. ¿Me pides mi mierda? -Guárdamela en ese bowl de ahí y me lo llevo. O si no no hay bragas ni whatsapp. -Dame un beso. -Que te de un beso tu puta madre, cabrón –se la sacó Ana y se bajó-. Como vuelvas a pedirme eso te mato, ¿me oyes? ¡Te mato! -Vale, vale. -Gilipollas… -¿Qué pasa? –se preocupó la secretaria. -Este imbécil de ...