1. LOS LIBIDINOSOS Y EL CINE


    Fecha: 16/09/2018, Categorías: Fetichismo Masturbación Autor: Livido, Fuente: xHamster

    ... epiléptico cruzó mi cuerpo, por el trillo que va de la concha a los sesos, pasando por los pezones, la boca, las caderas y el culo. Me ardía el clítoris, y mis labios menores emanaban una secreción imparable y yo desfallecía fuera de control en la butaca de ese cine… Como explico la delicia del momento, solo las hembras gozadoras en el éxtasis del orgasmo me van a entender…G. Quise acelerar su orgasmo,. Se deshizo en mis brazos, respirando exaltada, casi fuera de sí, temblando descontrolada, traté de calmarla hablándole al oído. Cuando los temblores se detuvieron, ella me regaló la mejor sonrisa que yo ha visto nunca. “con solo una mano, no te podía sostener” le comenté.MM. Hay mi dios, mi macho, me llevaste al cielo, me has regalado el orgasmo mas divino… con ternura, enternecida por los placeres, me entregué a su mirada…Entonces de repente dejé bajar los dedos desde su clítoris y los metí hasta el fondo en su cueva empapada, ella dio un suspiro largo... se tensó, cerró las piernas ligeramente... apretó de nuevo mi miembro muy, muy fuerte, sin mover su mano... y se corrió sobre mis dedos, su orgasmo fluía entre ellos, notando como se mojaban hasta los nudillos y resbalaban sobre palma de mi mano... seconvulsionó un par de veces, soltó mi miembro y se relajó.MM. Morí y nací diez veces… hasta que mi cuerpo se ablandó y cesaron los temblores, agotada y sedienta…G. Se abrochaba la blusa mientras su respiración se normalizaba, mi miembro seguía fuera de las bermudas con los ...
    ... testículos asomando también, estaba cachondo perdido, me acerqué a su oído.MM. Me prendí la camisa como pude.. Guardando mis tetas… -¿Te ha gustado? –me murmullo- Sí, mucho, muchísimo. Divino -¿Me ayudas a terminar? Claro, claro, déjame un segundo, no te toques ¿Puedes esperar? – Si, claro, espero.G. Pensaba que ella se iba a levantar al baño, pero no fue así, se retrepó un poco en el asiento, se arregló la blusa y la falda un poco y miró mi pene fijamente.MM -Es bonito, me gusta y que duro se te ha puesto . -Tú lo has puesto así. – MM Gracias. -Desde que te vi me he puesto a cien de calentura..., no digas más, déjame hacer.G. Se acercó a mí y con su mano derecha agarró mi pene al rojo vivo, con la izquierda empezó a acariciar mi muslo derecho.Subió esa mano a mis testículos, los masajeaba sin dejar de apretar fuerte la dureza del pene, subiendo y bajando, cada subida de mi piel era un poco más arriba y cada bajada un poco más abajo, creí que me haría daño-MM. Lo sobé con delicia, las venas se endurecían en mi mano y la cavidad del cuerpo cavernoso palpitaba al ritmo del corazón. Dura, amenazante… me llamaba…G. Se acercó a mí, bajó la cabeza y dejó caer una gota de saliva sobre mi miembro y su mano, estaba caliente pero fue el lubricante perfecto, su ritmo se acrecentó sobre mi pene. Retiró su mano izquierda y la zambulló entre sus piernas, iba a masturbarse de nuevo.MM. Lubriqué el glande con mi saliva y empecé a masajearla toda, de la punta a los testículos, y mi otra mano ...