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Eva y su familia
Fecha: 18/09/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... idea de la cámara no te pone. En realidad tenía razón. No sólo en lo de que la idea de ser grabados me excitaba, sino también en que era ella quien mandaba en aquél momento. Volvió a acercarse a mi oído y me dijo: -Yo sólo quería disfrutar de ver como follábais. No quería estropear nada. Al contrario, quería hacerlo más excitante. Díselo, convéncela, a ti te hará caso. Lo pensé un momento y asentí. -Está bien, tu mandas, pero déjanos a solas un minuto Me acerqué de nuevo a la cama. Eva lloraba desconsolada con su cara apoyada sobre la almohada. Al sentir mi mano sobre su espalda se incorporó y me abrazó. Acaricié su pelo durante una rato dejando que su llanto se calmase poco a poco. -La odio, no se lo perdonaré nunca.- Dijo entre leves sollozos. -Lo que hace no está bien, pero no debemos dejar que nos estropee el momento. Esta noche es nuestra noche y nada debe impedirlo. –Le susurré al oído. -Sí pero, ¿qué hacemos con Sara?. Aunque intentemos olvidar lo que ha pasado. ¿quién nos garantiza que no volverá a molestarnos?. Ella es capaz – Reprochó. -Pues pasemos de ella. Si quiere grabar que grabe. Si quiere mirar, que mire. Pasemos de ella. Es más, incluso mejor si lo hace. ¿Recuerdas lo de darle la vuelta a las cosas?¿lo de convertir lo malo en bueno?. Podemos hacer que sea bueno que nos miren. Tan sólo tenemos que cambiar la mentalidad. La situación tendría morbo. Podemos disfrutar de él. Las cosas son buenas si nosotros creemos que son buenas. Se hizo el silencio unos ...
... instantes. Lo rompió para decir mientras secaba sus lágrimas: -Tú también eres fantástico. Nos abrazamos. Poco a poco nos dimos cuenta de nos estábamos acariciando. Volvimos a besarnos con pasión. Las caricias eran cada vez más cálidas y volvían a buscar nuestras respectivos sexos. Notamos de nuevo la presencia de Sara en la habitación. Yo me giré ligeramente y la vi apoyada sobre el escritorio recogiéndolo todo con su cámara. Eva también la miró de reojo, pero lejos de enfadarse empezó a bajar con sus besos por mi cuerpo. La vi bajar con sus labios por mi pecho, por mi estómago. Cogió mi polla con una mano y acercó su lengua a mi capullo. Durante todo el proceso tan sólo me había dedicado la mitad de las miradas. La otra mitad se la dedicaba a la cámara. A mí me pasaba lo mismo, no podía evitar mirar a cámara. Habíamos hecho buena la idea de disfrutar de aquello. Eva se metió completamente mi polla en su boca y ayudada de su mano comenzó a hacerme una mamada tremenda. En una de las miradas que dediqué a la cámara pude ver como Sara había introducido la mano que la cámara le dejaba libre en el interior de su tanga. Cuando notó que la miraba dejó la cámara sobre el escritorio. La colocó de manera que siguiera recogiendo nuestra follada desde aquella posición. Se quitó el vestido. En tanga y medias, tal y como me había recibido un rato antes, se sentó sobre el escritorio. Siguió observándonos. Una de sus manos acariciaba sus tetas, la otra volviá a acariciar su coño por debajo del ...