El día que descubí que quería ser sumiso y obediente. -Parte 2-
Fecha: 22/09/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: yunna, Fuente: SexoSinTabues
Paso una semana desde nuestro encuentro y no tenía noticias de Raquel, ni la había visto por la oficina, ni coincidimos fumando. Las dudas se me amontonaban, hice algo mal, se habrá enfadado, no sabía que pensar. Tampoco podía llamarla, ya que no tenía manera de ponerme en contacto con ella. Pensé en pasarme por su casa, pero me dio miedo enfurecerla con mi actitud persecutoria. Paso una semana desde nuestro encuentro y no tenía noticias de Raquel, ni la había visto por la oficina, ni coincidimos fumando. Las dudas se me amontonaban, hice algo mal, se habrá enfadado, no sabía que pensar. Tampoco podía llamarla, ya que no tenía manera de ponerme en contacto con ella. Pensé en pasarme por su casa, pero me dio miedo enfurecerla con mi actitud persecutoria. Por las noches, solo en mi casa, no cesaba de pensar en lo que había pasado esa noche, los recuerdos me excitaban y casi siempre terminaba masturbándome, pero ya no era igual que antes, lo notaba menos placentero, hasta que un día me decidí a utilizar el plug anal que me había regalado. Al principio me costó. Sus manos lo hicieron que pareciese fácil que ese juguetito entrara en mí, a mí me iba a costar más, pero sentirlo ahí me excitaba aún más y me hacía recordar una y otra vez aquella noche. Una mañana, de la semana siguiente salí a fumar, ya no tenía esperanzas de verla, pensaba que todo quedaría en eso, pero allí estaba, imponente y espectacular como siempre. Raquel estaba apoyada en la pared, fumando un pitillo. ...
... Llevaba unos vaqueros ajustado con botines negros y una camiseta ceñida que la hacía verse espectacular. En ese momento sentí algo que recorría mmi cuerpo, una sensación extraña parecido al miedo y la vergüenza. - Hola Yunna, cuanto tiempo – me dijo. - Hola – conteste con voz temblorosa. - ¿Me has echado de menos? Te he estado evitando a propósito. - Sí, no puedo negarte que he estado pensando en ti. Una carcajada salió de su boca, quería que pensaras en lo que paso y si estás dispuesto a continuar, me dijo mirándome fijamente. Me quede pensativo durante un instante, pero un impulso interior me empujo a contestar afirmativamente. Vi como una sonrisa invadía si cara y sus ojos azules brillaban de manera especial. - Genial, entonces pásate esta noche por mi casa a la misma hora que la última vez, hablaremos más tranquilamente de todo esto. - Allí estaré, le conteste con voz decidida, parecía que el miedo iba abandonando mi cuerpo. - Ahhhh, por cierto, llévate el juguete que te regale, me dijo mientras se alejaba entrando en el edificio. Llego la hora y allí estaba yo, en la puerta de casa de Raquel, llamando al timbre tembloroso, por saber que me esperaba detrás de aquella puerta. Ella abrió la puerta, llevaba una bata de gasa negra, creo que no llevaba nada más, pero en ese momento no podía adivinarlo. Pasa Yunna, me dijo. Nada más pasar con voz firme y decidida me dijo, cada vez que cruces esta puerta quiero que te quites toda tu ropa y la dejes en este ropero, te arrodillaras y ...