1. Helena y la perra de seguridad


    Fecha: 01/10/2018, Categorías: Sexo con Maduras Sexo Interracial Lesbianas Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    Helena y la perra de seguridadHelena había quedado todavía caliente después de soportar la inspección por parte de la policía brasileña. Le había provocado varios orgasmos, pero también se sentía algo dolorida.“Para colmo, me quedé con ganas de disfrutar de esa putita de Ingrid”, me dijo con una sonrisa cargada de lascivia.Todavía teníamos un par de días extra de estadía, por lo tanto decidimos que algo debíamos hacer para sacarnos las ganas, ya que yo también me sentía excitada de solamente pensar lo buena que sería esa nena en la cama.A la mañana siguiente la vimos sentada en el salón durante el desayuno, esta vez con sus redondeadas caderas enfundadas en una larga pollera tubo, que realzaba mucho más sus esbeltas formas. Un tajo al costado dejaba asomar sus largas piernas cubiertas por nylon oscuro. El maquillaje siempre impecable, el cabello atado en una cola de caballo que la hacía ver todavía más sexy.“Podríamos cogerla ahora mismo en algún rincón oscuro y después nos vamos a esa aburrida conferencia” dijo la voz susurrante de Helena, sacándome de mi ensoñación. “Bien” le respondí, “apenas se levante para ir al baño la seguimos y vemos cuál es su onda, qué te parece, amiga?”Vimos que conversaba unos instantes con un hermoso hombre negro que se acercó a su mesa. Hermoso, joven, musculoso, gigantesco… debía tener una verga acorde a ese físico.El hombre siguió su camino y unos segundos después Ingrid dejó la mesa y desapareció por el mismo pasillo. Helena me miró con ...
    ... cara de sorpresa y se levantó al mismo tiempo para seguirla sin perderla de vista. Estábamos varios pasos por detrás de ella, pero de repente giró en una esquina y misteriosamente desapareció. Era un pasillo oscuro muy largo, con varias puertas cerradas. Nos acercamos silenciosamente a la primera de ellas, viendo que parecía ser la entrada a algún tipo de depósito. Las demás puertas eran muy parecidas, pero una de ellas nos llamó la atención, ya que se podía oír algunos gemidos que provenían del interior de esa habitación.Helena tanteó la manija de la puerta en la oscuridad y la abrió muy despacio, encontrando entonces una interesante sorpresa adentro.Allí estaba la sensual Ingrid, apoyada con ambas manos en el respaldo de una silla, la pollera tubo arrollada a la cintura, las torneadas y sedosas piernas bien separadas haciendo equilibrio, los ojos cerrados mientras gemía de placer. Detrás de ella estaba el hermoso negro completamente desnudo, aferrándola con sus gigantescas manos por las redondeadas caderas, mientras la penetraba con una poderosa verga dura y bastante grande.Estaban ambos dedicados a su propio placer, así que no advirtieron nuestra presencia por un buen rato. Nosotras nos acomodamos en un costado, dispuestas a disfrutar de la función. Miré a Helena de reojo y noté que parecía muy deseosa de ocupar el lugar de Ingrid bajo los embates del negro.Ella de repente gimió de una manera diferente, pareciendo alcanzar un buen orgasmo, pero su amante continuó bombeándola ...
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