DESDE EL COMIENZO
Fecha: 02/10/2018,
Categorías:
Dominación
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... cuerpos desnudos, y toda una verdadera pléyade de prácticas donde ya, la Dominación Femenina que ya habíamos descubierto desde la primaria en nuestras incursiones por el porno, les daban a ella más que suficientes pergaminos de sobrada aptitud oara en nosotros aplicarlo. Jugaban a ver cuál de ellas, por ejemplo, nos hacía saltar más leche. Cierta vez que nos hicieron ir con ellas hasta una abandonada granja allá a kilómetros de la ciudad y perdida entre bosques, fuimos por ellas sometidos a una despampanante dominación que encima, se vió súbitamente aderezada por el hallazgo que unas chicas hicieron en un galpón, mientas curioseaban cosas y descubren unas cajas donde habían unas drogas para excitar cerdos reproductores en el momento de juntarlos con las cerdas para lograr de ellos mejor performances copulativas, y mas semen en sus eyaculaciones. Comenzaron a los gritos y risas anunciando ese hallazgo, y en un minuto ya todas estaban interiorizándose de la cosa y leyendo los prospectos y largándose las carcajadas todas. Nosotros los varones ahí estábamos mirando y escuchándolas reír y hablar, y pronto...comenzaron a reír y mirarnos maliciosamente con morisquetas y socarronas sacadas de lengua. ¡Sí! HABÍAN DECIDIDO...INYECTARNOS CON ÉSO!!! Los varones comenzamos a protestar temerosamente desesperados por tal abuso, y temíamos por nuestra integridad...¡No podíamos dejarlas que nos hicieran esa cosa tan...tan...tan gorda! Sus caras rojas de vergüenza pero riéndose lujuriosas, ...
... eran un poema a la maliciocidad más perversa, y discutían con nosotros acusándonos de cobardes y maricones, y comenzó entre ellas y nosotros una calurosísima discusión en la cual fueron astutamente acorralándonos, hasta hacernos inteligentemente caer en contradicciones entre nosotros mismos los varones, riéndose burlonamente todas de nosotros y venciéndonos hasta conseguir que aceptáramos ser por ellas con aquella droga para cerdos...¡inyectados! ¡Otra vez, ellas nos vencían! Desnudos, colocados en hilerita los varones todos ahí sobre unas pilas de bolsas de afrecho, con las piernas bien abiertas y prontos para ser inyectados por ellas, esperábamos mientras sonrientes y maliciosas, preparaban las inyecciones para ensartarnos. Se reían. Verlas venir con las jeringas ya prontas para inyectarnos, con aquéllas sus caras dibujando las más puercas de las expresiones donde una risitas lujuriosamente cochinas las pintaban como verdaderas cerdad impúdicas, era algo que aderezaba todavía más aquel cuadro de femenina dominación extrema, con algo que nos colocaba a los varones ahí, en un raro estado de excitación alocada, miedo, y desesperación entreverado éso todo. Gimiendo unos y medio llorando o riendo otros, fuimos todos por ellas...¡inyectados! Sólo recuerdo aquel fuego como infernal comenzando a recorrerme las genitales entrañas, seguido por un inmediato estado de enloquecedora sobreexcitación erótica que me sumió en un verdadero mar de calenturas donde comencé a sentirla a la María ...