Soy la puta de mi ahijado
Fecha: 02/10/2018,
Categorías:
Incesto
Hetero
Autor: amadecasamari, Fuente: CuentoRelatos
... estuviera un tiempo sin visitarme. Pero el jueves, estaba yo en casa haciendo las labores normales de la casa (limpiando la casa) por la mañana, cuando a eso de las 10,00 llamarón a la puerta, fui abrir y al hacerlo allí estaba mi ahijado, con una sonrisa de lado a lado de la cara. Sin decir nada se acercó a mí y me dio un beso en mi mejilla y me dijo: “Vengo a que me ayudes con mis estudios, tenemos los jueves dos horas libres por la mañana y como no tenía muy claro algunas cosas de una de las asignaturas y quería volver a verte, he decidido venir a que me ayudes, ¿puedo pasar? “. Yo sorprendida le digo: “Sí, si pasa, por favor, que tonta, no te había dicho nada” Nos dirigimos hacía el salón él puso la mochila que llevaba en el suelo y saco uno de los libros y volvió a cerrar la mochila. Abrió por una de las páginas del libro y me indico que ese día la lección había entendido casi todo pero tenía una serie de dudas sobre ella que quería consultarme y mirar a ver si entre los dos podíamos solucionarle esas dudas que tenía. Le explique las dudas, comprendiendo lo que le decía, y después nos pusimos a hacer los ejercicios que venían para comprender mejor la lección. Cuando llevábamos uno hecho, se me ocurrió decir que cuando se fuera iría al mercado a comprar algo para comer, entonces él me dijo: “No madrina, ve ahora, yo me quedo haciendo los que faltan y cuando vuelvas lo corregimos, de esa forma encontrarás ahora que es temprano mejores productos”. Me pareció buena idea y ...
... me dirigí a mi cuarto a arreglarme para ir al mercado, no sé por qué sentí ganas de que me volviera a espiar cuando me estuviera vistiendo, (pues desde que lo hizo la otra vez me excitaba mucho pensar que me había visto desnuda) de modo que deje la puerta medio entornada dejando una abertura de unos 30 ó 40 centímetros por los que él podría verme desde el pasillo. Yo me coloque de tal forma que pudiera ver este hueco de la puerta a través del espejo. Y así fue no llevaría ni un minuto en mi cuarto cambiándome cuando pude ver por el espejo como Raúl me espiaba y podía ir viendo como me desnudaba y volvía a vestirme. Al acabar de hacerlo me dirigí al cuarto de baño cuya puerta quedaba justo frente el espejo, me la ve la cara un poco y tras secarme abrí la tapa y me senté en el wáter a mear, abriéndome bien de piernas para que si él conseguía mirar al espejo y me veía pudiera ver mi coñito completamente abierto y salir el chorro de orín por él. Raúl si se dio cuenta y me estuvo viendo perfectamente como meaba, cuando dejo de oír el chorro caer, retrocedió y volvió al salón antes de que yo pudiera volver y esperar sentado en el sofá a que yo fuera a despedirme de él antes de salir para el mercado. Al llegar al salón él ya estaba haciendo los ejercicios y le dije: “Raúl, ¿de verdad no te importa que marche al mercado?, mira que si quieres me quedo “ Él muy amable me contesta: “No madrina, vete tranquila, cuando vuelvas corregimos y miramos entre los dos los ejercicios” Yo me marche ...