1. EXORCISMO


    Fecha: 10/10/2018, Categorías: Dominación Autor: lib99, Fuente: RelatosEróticos

    ... Diciendo esto abrió las piernas, mostrando entre el oscuro vello su vagina húmeda y excitada. Contoneó sus caderas provocativamente, mirando al religioso con una mezcla de odio y lascivia en los ojos. Él se apartó de la cama y se acercó a una palangana llena de agua que descansaba sobre la cómoda. Murmuró una oración e hizo el gesto de la cruz con la mano, bendiciéndola. Sumergió sus dedos y salpicó el cuerpo de Brigitte, quien berreó de dolor y profirió nuevas procacidades. Acto seguido la hermana Supplice hizo un gesto a Charlotte, se levantaron y se colocaron junto al sacerdote. Sin que éste dejara de recitar comenzaron a desnudarle. Chaqueta, alzacuellos, camisa, pantalones… Cada prenda le fue despojada ceremoniosamente hasta dejar a la vista su joven y atlético cuerpo. Charlotte le cogió el pene y comenzó a masturbarlo, logrando una erección plena. La monja mojó a continuación su mano en el agua bendita y empapó la polla. El cura, sin detener sus rezos se subió a la cama, se colocó sobre Brigitte y se arrodilló delante de su cara. –¿Qué estás haciendo, maricón? ¡Aparta tu polla de mierda o te la arranco con los dientes! Obviando sus palabras el hombre le sujetó de la cabellera y situó el miembro contra sus labios. El contacto de la verga cubierta del bendito líquido contra la piel de Brigitte provocó un nuevo grito de dolor en ésta. El sacerdote aprovechó el alarido para meterle el miembro, hasta que el glande chocó contra sus amígdalas. La chica se revolvió ante el ...
    ... contacto abrasador, intentando apartar la cabeza para liberarse de aquel pedazo de carne incandescente, pero el padre Welles se lo impidió sujetándola con fuerza. –¡Yo te lo ordeno! –Gritó moviendo el pene dentro de la boca– ¡Abandona este cuerpo inocente y regresa al Averno! Charlotte y la madre Supplice mojaron sus manos en la palangana y, coreando las oraciones del sacerdote, salpicaron el crispado cuerpo de Brigitte, que se retorció entre convulsiones. El cura sacó la verga y se apartó de la joven, que recostó su cabeza en la almohada, aliviada. Por un momento pareció perder la consciencia, pero de inmediato reaccionó con virulencia. –¡Puto cabrón¡ ¡Bujarrón de mierda! ¡Voy a arrancarte el corazón! ¡A ti y a esas dos bolleras frígidas! ¡Devoraré vuestras almas y las escupiré en el infierno! –Aún persiste –enunció impávido el padre ante el gesto de desagrado de la monja y el espantado de Charlotte–. Hemos de completar la ceremonia. Ambas mujeres soltaron las correas que sujetaban los tobillos de Brigitte y, luchando contra su resistencia, le echaron las piernas hacia atrás hasta casi tocar sus hombros con las rodillas. Su sexo abierto y empapado se mostró en toda su obscena carnalidad. El religioso se colocó entonces entre los muslos, situando su polla contra la entrada de la vagina. –¡No se te ocurra, puerco! ¡O te cortaré la picha y te la meteré en la boca hasta que te la tragues! Resuelto, el sacerdote empujó, logrando que el miembro penetrara sin dificultad hasta que el ...