1. Claudia, mi cuñada


    Fecha: 10/10/2018, Categorías: Dominación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... alguna chica del trabajo me había hecho. -¡Bah! Unos azotitos en el culo. Nada desagradable- Claudia clavó mis ojos en los míos. Yo no quería parecer mogigata, que es justo la imagen que Claudia tenía de mí. -No, si a mí un poco de esas cosas no me disgustan.- Y quise hacer una broma -¡Lo que pasa es que tu hermano no quiere pegarme!- Y nos reímos todos. Entonces Claudia hizo la broma más graciosa todavía.- ¡A mí tampoco me disgusta! ¡Pero es que Pablo no deja que le pegue!.- Y nos reímos todavía más. Claudia me miró. Yo creo que me puse colorada. Y nos fuimos a casa. Los planes de la mañana eran que mi marido y el marido de Claudia se irían a hacer una ruta de senderismo que empezarían bien temprano; Y que regresarían por la tarde. Tal vez ni comerían. Claudia se negó en redondo a participar, así que yo pensé que mi sitio era estar al lado de mi cuñada, en casa, y así los dos hombres podrían andar al ritmo que quisieran. Cuando llegamos a casa, fui a beber agua a la cocina. Mi cuñada entró detrás de mí. Me rozó las nalgas con el vientre, como por casualidad, pero yo sabía que no era por casualidad. Se me pusieron tiesos los pelos de la nuca. Me dio las buenas noches. Me pasé un buen rato en la cama pensando en Claudia. Claudia es un año mayor que yo, rubia, pero de pelo rizado y largo. Es más baja que yo y más delgada. De piel que agradece los rayos de sol y se vuelve canela. Yo soy más blanca de piel que ella. Por lo demás, tiene menos pecho que yo, y tiene una figura que ...
    ... refleja más elasticidad. Claudia se cuida. Gana dinero y se lo gasta en ella. Siempre con las uñas pintadas, el pelo cuidado, oliendo a crema y a perfume caro. Ya os he dicho que me desborda en personalidad. Yo no he tenido muchas experiencias lésbicas. Os confesaré que en una cena de Navidad de la empresa, en un bar, me fui con una chica a su casa y me hizo el amor… como si fuera un hombre. Ya me entendéis, se puso un strap-on y me montó. También tuve una noche loca con una compañera de universidad en el viaje de fin de carrera. Eso es todo. A pesar de todo, lo que me gustan son los hombres. Mi marido es de polvo semanal, el de los sábados, y además, en la postura del misionero. Nada de variaciones, nada de fantasía. Estoy un poco aburrida de esa forma de practicar sexo, y por eso, tengo la líbido a flor de piel, así que las perspectivas de tener una aventurilla con Claudia, aunque razonablemente me asustara, en el fondo despertaba mis fantasías. Nuestros hombres se marcharon temprano, después de revolver toda la casa para hacerse la mochila. Cuando cerraron la puerta, ya no me pude dormir. Me levanté y me hice y tomé el desayuno. Al poco salió Claudia del dormitorio. Salió en camisón. Era un camisón en el que se transparentaban sus formas, sus pezones, el tanga que llevaba puesto. Me saludó desenvuelta, y se dejó ver. Yo sabía que se estaba exhibiendo. Pensé que en ese sentido tenía ventaja, porque ella estaba con su marido y su hermano, mientras que esos mismos hombres eran ...
«1234...10»