La última visita del mecánico
Fecha: 11/10/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
La última visita del mecánicoAnita estaba bastante calmada desde la última cogida que le había dado en nuestra propia casa ese enorme negro jamaiquino amigo de Ricardo,Por las tardes me recibía con poses sexy cuando yo volvía de la oficina y por las noches se ponía mucho más cariñosa. Era raro en esos días no despertarme en plena noche con la boca de mi dulce esposa alrededor de mi verga bien endurecida. Cogíamos hasta el amanecer y nos quedábamos abrazados, muy cansados pero también muy relajados.Hasta que una tarde Ana me llamó, para decirme que había reaparecido el mecánico, luego de varias semanas de ausencia y que esa noche vendría a casa a cenar. Me dio un poco de bronca, pero luego me tranquilicé, pensando que tendría la oportunidad de ver otra vez a mi delicada mujercita enculada por este bruto desconsiderado y miserable.Llegué un poco tarde a casa, algo demorado por el tránsito y encontré que Anita ya había tomado un baño de burbujas y se había maquillado. Ahora se paseaba completamente desnuda por la casa, usando solamente unos zapatos de taco alto que estilizaban sus hermosas piernas.Verla así me calentó sobre manera. Pude sentir que mi pija se endurecía y trataba de salirse de mis pantalones. Yo también me desnudé; me acerqué por detrás a ella mientras estaba inclinada en cuatro patas buscando algo debajo de la cama y así como estaba la tomé por las caderas y le metí hasta el fondo mi verga a punto de estallar.Anita se sobresaltó por la sorpresa y trató de ...
... debatirse para zafar de mi abrazo, diciendo que estaba muy caliente reservándose para que la cogiera Ricardo con su maravillosa pija. Mientras más luchaba por escapar, más adentro sentía yo que estaba enterrándole mi verga.Finalmente ella se abandonó y comenzó a gemir muy despacio, mientras seguía insultándome entre jadeos y suspiros. Mi tranca bien endurecida entraba y salía con facilidad de su empapada concha; podía ver mi verga recubierta por sus jugos.En menos de cinco minutos sentí una especie de electricidad que me recorría el cuerpo y tomando las suaves caderas de Ana con firmeza, empujé hacia a delante y allí me quedé por fin quieto, sintiendo como estallaba de placer en un orgasmo infernal, mi leche invadiendo el interior de esa concha ardiente y humedecida.Besé su espalda desnuda y finalmente la liberé de mis garras. Ella se levantó con una expresión de disgusto, diciendo que no había podido acabar y por lo tanto estaba mucho más caliente que antes. Se encerró en el baño y no disimuló algunos aullidos que dejó escapar mientras se masturbaba…Más tarde, ya más relajada, Anita bajó al comedor. Estaba espectacular, su hermoso cuerpo apenas cubierto con un breve vestido de terciopelo color negro, que dejaba descubierta su espalda y tenía un tremendo escote en el centro. Tenía los mismos tacones que tanto me habían excitado mientras la cogía como a una perrita. Al verme sentado en el sillón se paró delante del televisor e inclinó la cintura, para mostrarme que no llevaba ropa ...