La última visita del mecánico
Fecha: 11/10/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... interior.“Así estoy más cómoda y Ricardo puede meterme sus dedos si quiere…” Dijo ronroneando.Al escucharla y verla así ofreciéndome su culo, mi verga volvió a endurecerse. Ana lo notó y estalló en una carcajada, diciéndome que me aguantara. Con un poco de suerte, Ricardo me permitiría quedarme a mirar…“Dijo que me extraña y que está muy, muy caliente, así que es muy posible que quiera cogerme a solas, sin que puedas estar presente esta noche”.Le recriminé esto último, diciéndole que nuestro trato con ese mecánico miserable era que podía cogerla como quisiera, pero yo debería estar presente siempre…A las diez en punto apareció Ricardo, siempre con la misma cara de lujuria y la eterna estúpida sonrisa a flor de labios. Por supuesto a mí apenas me saludó y fue directamente a abrazar a Anita.“Putita mía, qué ganas tenía de venir a cogerte… me extrañaste, perra?”.Le preguntó a Ana, mientras la mantenía abrazada por la cintura y una de sus manos se deslizaba por debajo del vestido. Enseguida ella pegó un respingo de sorpresa, imaginé que un dedo de ese turro había entrado en su cavidad anal. El muy estúpido sonrió diciendo:“Así me gusta, nena, que mantengas siempre este culo bien estrecho para mi verga”.Es decir, iba a sodomizarla sin compasión el muy hijo de puta.Mi mujercita anunció alegremente que la cena estaría lista en unos minutos. El mecánico sonrió y se sentó junto a mi esposa. Podía ver que su mano estaba debajo de la mesa, seguramente entre las piernas de Ana, ...
... disfrutando de la humedad de su concha…Después de cenar Ricardo intentó disfrutar de mi whisky, pero le anuncié que no había comprado más desde la última vez que él mismo había vaciado todas mis existencias del bar. Dijo riendo:“Ya que no queda nada espirituoso, tendré que contentarme con el cuerpo de tu mujercita…”Al mismo tiempo alzó a mi grácil esposa por su delicada cintura y la cargó sobre un hombro.“Vas a tener que escuchar detrás de la puerta; hoy tengo ganas de disfrutar esta putita yo solo…”Con Anita colgada de su hombro subió las escaleras en dos pasos y se encerraron en nuestro dormitorio. Un par de minutos después comencé a escuchar los suaves gemidos de mi esposa.Este bruto rara vez le daba sexo oral, así que imaginé a Anita en cuatro patas y a este desconsiderado cogiéndola desde atrás. Casi enseguida se oyeron los chirridos de la cama, señal de que, efectivamente, habían prescindido del sexo oral…Los gemidos de Anita pronto se convirtieron en jadeos y alaridos de placer, mezclados con gritos y pedidos para que la cogiera más fuerte…Pronto se calló, pero casi enseguida dejó escapar otro aullido, demostrando que comenzaba a tener un buen orgasmo. Después hubo un silencio prolongado y entonces la suave voz de Ana comenzó in crescendo:“Por favor, más despacio… me duele mucho… ayyyyy, despacio!!!”.Estaba metiéndosela por el culo, el muy turro. Ese culo hermoso que Ana me había estado negando por casi dos semanas… ahora otra vez este bruto ordinario lo estaba disfrutando como ...