Dos padres, dos hijos, dos historias...
Fecha: 15/10/2018,
Categorías:
Gays
Primera Vez
Autor: renovatio111, Fuente: xHamster
... vello que le enloquecía.El padre quiso morir de excitación y el hijo también se excitó al darse cuenta de que le causaba tanto placer al padre. Mientras mordía un pezón pellizcaba el otro sobre la camiseta como si fuera una pequeña montañita blanca surcada por el canal de la tela… La angustia anterior que había sentido el padre daba paso a otra sensación… Una excitación tan salvaje que ya no podría parar.-Hijo por favor déjalo ya…suplicó el padre, pero se derretía de placer.El hijo levantó una mano y le tapó la boca a su padre…–Papá, por favor, calla…ahora no…calla.Se incorporó y acercándose a la cara de su padre quitó la mano y le besó en los labios. Fue una caricia breve. Retiró la cara para ver la reacción de su padre…El padre se estremeció. Esos labios suaves y tan queridos. . . Cerró los ojos. El breve beso fue tan placentero que cerró los ojos y se dejó hacer…esperar a que su hijo hiciera… ¿Qué?...El hijo miró al padre y le vio tan guapo, con los ojos cerrados, y con una cara de placer que no pudo reprimir la necesidad de volver a besarle…y le besó. Acercó sus labios a los de su padre lentamente, esos labios que tanto había deseado, sintiendo un placer inexplicable, los labios de su padre junto a los suyos, cálidos, tiernos, los conocía de siempre pero nunca había experimentado la sensación de tenerlos juntos, labios contra labios… y se abrieron lentamente.El hijo lamió la rendija de la paterna boca en la que se dejaban ver los blancos dientes de su padre y la lengua ...
... se abrió paso entre ellos para adentrarse en la boca y éste cedió. Poco a poco abrió la boca para llenarse de la lengua de su hijo y lamérsela con tranquilidad, con placer infinito e i****tuoso placer...Las lenguas se encontraron y se acariciaron intercambiando saliva. Se lamieron y se mordieron los labios. Primero lentamente, luego apasionadamente, luego con ansia y luego la lujuria y el deseo se desenfrenó. Se lamían, se mordían, se babeaban hasta que sus labios y su cara chorreaban saliva. Gemían de pasión. El hijo mordía el cuello a su padre y éste, a la vez, le mordía el lóbulo de la oreja con saña, con fuerza.El hijo no pudo contener la tentación de buscar la herramienta que le dio la vida y metió la mano por la bragueta del pantalón del pijama de su padre para encontrarla dura, grande, caliente y húmeda. Nunca sabría cómo explicar la sensación que sintió en ese momento. Aquel objeto del deseo desde hacía tiempo ahora era suyo. Fuerte, varonil y suave, muy suave, una piel de seda húmeda y flexible que bajó con delicadeza para dejar expuesto el voluminoso glande chorreante, rosa y perfecto que le había creado.El padre no se lo esperaba, dio un pequeño respingo y dijo- Hijo… por favor… no, no sigas...Por una parte, lo decía con sinceridad, no sabía cómo podía acabar aquello pero por otra parte, el placer le estaba desbordando y no quería parar. La excitación que le estaba proporcionando el ser que más quería del mundo era irrenunciable. Era una aberración pero tan, tan ...