Heklena y la ayuda de dos desconocidos
Fecha: 17/10/2018,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Sexo en Grupo
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Helena y la ayuda de dos desconocidosHelena llegó ese lunes con cara de cansancio a la oficina. Apenas se acomodó en su asiento, mi curiosidad no pudo evitar preguntarle qué le pasaba. Entonces comenzó su relato de lo que había hecho durante el fin de semana.“Salimos con Jorge a bailar; los dos solos, ya que hacía mucho tiempo que no lo hacíamos.Fuimos a uno de esos boliches de moda cerca del río. Bailamos, nos divertimos bastante, pero pronto me noté que a Jorge se le había ido la mano con los tragos.Me dejó bailando sola en la pista y se fue a sentar, diciéndome que no daba más. Yo seguía invadida por la música, así que me quedé otro rato bailando entusiasmada con otra chica mientras veía de reojo que Jorge ya se había hecho de dos nuevos amigos en nuestra mesa. Observé con sorpresa como mi marido aceptaba y brindaba con sus nuevos amigos con demasiada prontitud y muy pronto comenzó a mostrar signos de una borrachera impresionante.Los dos tipos se ocupaban de mantener lleno el vaso de Jorge y él muy entusiasmado no dejaba de beber. Al rato parecía una verdadera piltrafa humana y entonces decidí que era tiempo de irnos de allí a descansar.Me acerqué al trío preguntando a Jorge: “¿vamos, mi amor?”.“No creo que pueda ir a ningún lado así”. Dijo uno de los tipos.“Nosotros te podemos ayudar”. Propuso el otro.“Gracias, solamente para tomar un taxi”. Respondí muy seria.Tuve suerte y rápidamente pude detener un taxi, pero cuando quise acordarme, los dos tipos estaban también ...
... viajando conmigo y Jorge.Yo también estaba un poco mareada, pero bastante consciente de la situación.Llegamos a casa y muy atentamente uno de los desconocidos pagó el viaje, a pesar de mi insistente e inútil negativa.Apenas entraron a la habitación, los tipos dejaron a Jorge sobre la cama y se volvieron hacia mí.“Gracias, chicos, realmente no sé cómo iba a hacerlo sola”. Les dije.“Así nos vas a agradecer?”, dijo el más alto de los dos, que se había identificado como Javier.“De qué manera piensan que les voy a agradecer?”. Pregunté, mientras algo de excitación me tomaba por asalto.El otro desconocido, que se llamaba Ignacio, se acercó a mí.Tuve que contener la risa; de pronto me sentí deseada por estos dos desconocidos, pero no pensaba hacer nada extraño frente a Jorge desmayado en nuestra propia cama. El morbo de pensar en ello me calentó peor todavía. “Bueno…, muchas gracias”. Le respondí, mientras le daba un beso cariñoso en la mejilla.Pero Ignacio entonces giró su cabeza y me estampó un tremendo beso de lengua, mientras yo intentaba retroceder y zafar de su abrazo. Mi cola chocó contra la verga endurecida de su amigo, que se había colocado detrás de mí.“Chicos por favor!. Soy una mujer casada… mi marido…” intenté decir totalmente sobrepasada por la situación.“Tu maridito no va a despertarse hasta mediodía”. Dijo Javier, apretándose contra mi cuerpo.Ignacio volvió al ataque, su mano me acarició el rostro mientras su boca buscaba el contacto. Mientras tanto Javier ya me había ...