1. Heklena y la ayuda de dos desconocidos


    Fecha: 17/10/2018, Categorías: Anal Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... verga de Javier apoyarse en la entrada de mi ano.“No...por favor…por atrás no” Le rogué casi sin aliento.Pero fue algo inútil… Ignacio me sostuvo por la cintura y Javier sin piedad empujó con su pija durísima entre mis nalgas, arrancándome gritos de dolor mientras entraba en mi culo.“Qué pasa bebota, tu maridito nunca te hizo el culito?” Preguntó Javier socarronamente.“Aahh, nooo, el culo nooo” Mentí.“Ahora te lo dejamos estrenado para que se lo puedas entregar” Dijo Ignacio riendo.“No, chicos, por el culo, no, por favor” Pero ya era tarde, sentía esa verga larga y dura entrando y saliendo de mi ano como si nada…Durante unos segundos me quedé inmóvil, sintiendo las dos pijas que me taladraban con un ritmo feroz. Luego comencé también yo a moverme con ese mismo compás… Me sentía totalmente entregada y dominada por los dos frentes.En un momento me desplomé sobre el cuerpo de Ignacio y entonces Javier aprovechó para taladrarme el culo todavía con más ganas, con bastante brutalidad…hasta que finalmente se arqueó hacia atrás y sentí toda su leche caliente inundando mi ano hasta el fondo…Javier se quedó adentro mío, acariciándome las tetas con suavidad, lo que pronto me provocó un ...
    ... orgasmo increíble, sumado a ello que ahora Ignacio me levantaba por las caderas y me hacía cabalgar empalada sobre su verga.Cuando se dieron cuenta de que había acabado, los dos se salieron de mi cuerpo y me pusieron otra vez en cuatro patas. Ignacio me metió su verga en mi boca y me hizo chuparla hasta que acabó dentro de mi garganta. Mi orgasmo había sido glorioso…“Uff, me destruyeron la cola…” Susurré completamente agotada.En ese momento, un suave movimiento sobre la cama me trajo repentinamente a la realidad. Jorge seguía allí y podía despertarse en cualquier momento.Ignacio y Javier se vistieron en un par de minutos y me prometieron que volvería a verlos, pero la próxima vez sería en una habitación de hotel, sin que mi dulce Jorge pudiera interrumpirnos.Me acosté junto a mi esposo, la cola me ardía, pero estaba demasiado cansada hasta para darme una ducha.Me desperté boca abajo, sintiendo el peso de Jorge sobre mi espalda. Me estaba metiendo la pija en la concha, disfrutando de la humedad que todavía podía sentir en mi interior.Ni te lo imaginas, amiga, me hizo gozar y acabar también él como una perra…. La próxima vez podrías acompañarme para hacer un cuarteto… no te arrepentirías…” 
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