1. Secretos y confidencias en la cala nudista


    Fecha: 18/10/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: DolceCaroline_, Fuente: CuentoRelatos

    ... iban llegando, Vicente dejaba que ella adelantase sus pasos y se quedaba un poco retirado analizando todo el cuerpo que iba a disfrutar. Cuando se aproximaron a las rocas y ya no les veía nadie, Vicente aproximó su pene completamente recto y duro al trasero de Carmen y esta se detuvo, la rodeo con sus brazos depositando sus dedos derechos en el pezón de ella e introduciendo sus dedos índice y medio en su vagina. Ambas manos empezaron a funcionar a la vez, sus dedos derechos rotaban como si sintonizaran la radio en busca de una emisora que nunca encontraban. Los dedos izquierdos quedaron cubiertos de abundante flujo mientras Vicente los frotaba con ansia. Carmen estaba muy preparada, llevaba excitada más de media hora, lanzó su larga melena hacia el lado izquierdo, apoyó la cabeza en su pecho sintiendo cada movimiento de las manos de Vicente, cerró los ojos y jadeó como una gacela herida. —Canario necesito meterte en mi jaula. –Suplicaba. —Me encanta tu olor, Carmen, enciérrame donde quieras. –Le dijo confiscándole los labios. Las feromonas -esas sustancias químicas que envían señales de olor subconscientemente a las personas del sexo opuesto- estaban despertando altos sentimientos de atracción en ambos. Entraron a la pequeña cueva primitiva y sus instintos animales se activaron. De pie chocaban con las rocas superiores, de modo que Vicente se tumbó en el suelo y ella encima de él, bajo las reglas del 69 se devoraron mutuamente. Carmen escupía para masturbar rápidamente y ...
    ... volvía a posar sus labios carnosos en aquella piel canariona introduciéndose su pájaro de gran diámetro y conveniente prolongación. Vicente impactado por el sabor de Carmen era incapaz de parar de lamer, le gustaba incluso más que el mojo picón –salsa típica de su tierra-, le costaba respirar porque tenía todos los órganos genitales ocupando su cara, aquello era vicio puro. Carmen muy nerviosa desató la cinta roja de su muñeca para atársela en el final de su sólido miembro, cuando hizo el nudo siguió comiendo cual depredadora, tenía un pacto con su garganta y podía introducirse 20 centímetros sin que le entrasen arcadas, Vicente estaba fascinado con la precisión de aquella laringe. Era el principio del juego, Carmen estiraba escasamente la cinta cuando llegaba al final de su miembro y la salivaba, Vicente gemía, esa sensación era totalmente nueva, sentía presión y humedad en todo su elemento. —Estoy muy enfermito, quiero follarte. –Solicitaba cuando logró calmar su hambre y salir de aquellos órganos que le tenían ausentado del mundo. —Yo seré quien te folle, quédate quieto. –Explicaba con un tono muy pornográfico. Carmen se volteó y miró profundamente a sus ojos azules, enrollando de memoria la cinta en su pene hasta el glande. Observó su creación como si se tratase de un objeto digno de admirar, una obra de arte y asintió que todo estaba correcto. Mantuvo el brazo derecho elevado estirando la cinta mientras se introducía el pene con la mano izquierda, todo su órgano reproductor ...
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