1. MI ABUELITA MARTHA 1


    Fecha: 29/10/2018, Categorías: Incesto Autor: carlitos1972, Fuente: SexoSinTabues

    Jamás pensé que una situación que me causó pánico y angustia, se convertiría en la oportunidad perfecta para experimentar el maravilloso mundo del incesto, sin siquiera saber de qué se trataba exactamente en mi adolescencia. Simplemente pasó, y fue con mi abuelita Martha. Desde que nací fui criado por mi abuela viuda Martha, y mi madre soltera Clara, ya que mi padre apenas aceptó reconocerme como su hijo, él jamás se hizo cargo de mí; tanto es así que antes de cumplir mi primer año, él dejó de tener contacto conmigo y se mudó a otra ciudad donde rehízo su vida. Les cuento que un año antes de mi nacimiento, mi abuela había enviudado después de un matrimonio de más de 40 años. Comenta la familia que ella y mi abuelo eran el uno para el otro, inseparables, así que se sumergió en una profunda depresión, la misma que terminó cuando yo nací. En ese momento, mi abuelita tuvo un nuevo motivo para vivir feliz: Yo, su último nieto, Fabrizio! Tenía ella varias hijos e hijas, pero todos se habían independizado, se habían casado, tenían sus propias familias, algunos en otras ciudades, así que cuando mi madre tuvo mala suerte con su marido, ella nos acogió, convirtiéndonos en una familia de 3. Todo era felicidad, viví una infancia feliz, pero empezaban las disputas familiares porque consideraban que mi abuela ya no estaba en obligación de atenderme a mí, mientras mi mama salía a trabajar; conforme pasaban los años, yo comprendí esta situación que era muy penosa, y eso hacía que ...
    ... sintiera mucho rechazo hacia mi familia, y más apego a mi abuela. Siempre la quise, la quiero, y siempre la voy a querer. Cuento esto para que entiendan el nivel de afecto que desarrollé con mi abuelita, desde muy temprana edad. Ahora bien, los hechos: cuando cumplí 12 años, y por la insistencia de mi abuela y madre, volví a entablar comunicación con mi padre. Para ellas, no era posible que mi padre sea un vago que rehízo su vida en otra ciudad, se casara y tuviera hijos, y a mí me dejara de lado. A pesar de ser como ser, las mujeres de mi casa siempre procuraron que guardara respeto hacia mi progenitor. Así que a partir de esa edad, yo siempre viajaría todos los veranos a pasar vacaciones a la capital, junto con mi padre, madrastra, y hermanastros. Obviamente siempre me comunicaba con mi abuela, a quien yo le tenía mucha confianza, le contaba de todo, o casi todo. Al año siguiente, mi madre vio una gran oportunidad de viajar al extranjero para trabajar y ahorrar más dinero, pues ya empezaba a preocuparse por mi educación superior futura; ella no se confiaba que mi padre pudiera ser responsable de eso, pues apenas me recibía en su casa y a regañadientes. Y obviamente sería un abuso, usar los recursos de la pensión de mi abuela y la renta de una casita y chacra en un pueblo cercano, que le dejó en herencia mi abuelo, además de todo eso, la presión de la familia y sus discrepancias; así que sin pensarlo 2 veces mi madre viajó, y mi abuela se quedaría nuevamente sola, sobre todo los ...
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