1. MI ABUELITA MARTHA 1


    Fecha: 29/10/2018, Categorías: Incesto Autor: carlitos1972, Fuente: SexoSinTabues

    ... veranos. A veces llorábamos por teléfono diciéndonos cuanto nos extrañábamos, incluso a pesar que algunos días, algunas de mis tías, se quedaban haciéndole compañía. Cumplí 14, ya saben cómo es uno a esa edad, las hormonas están al 100%, y yo aburrido con los antipáticos de mis hermanos en la capital, aunque me divertía jugar con ellos, por ser el mayor, y mandarles en todo jeje, mientras yo me escabullía para darme unas ricas pajas, viendo revistas porno, y esas cosas. En esa época yo ya tenía una contextura gruesa, algo panzón, alto, usaba lentes y tenía una buena verga, gruesita pero no tan larga, apenas unos 16cms. Recuerdo perfectamente ese día terrible de mayor miedo que sentí en mi vida. Estaba yo en la azotea, mirando revistas porno, manoseándome rico, cuando mi madrastra llega y me dice que tengo una llamada urgente de mi ciudad natal, percibí que no eran buenas noticias, y así fue. Era mi tía Marisol al teléfono: “Fabri, tienes que venir urgente, tu abuela se cayó de las escaleras” Sentí que mis piernas se doblaban, que me faltaba el aire, me puse pálido, frio, es una horrible sensación la angustia. Sentí miedo y rabia, porque sabía que mi abuela estaba sola, y en parte era mi culpa, en parte era culpa de mis tías que no se preocupaban por atender a su madre. En fin, con las pocas fuerzas que tenía, hice maletas, y ese mismo día viajé a encontrarme con mi abuelita adorada. Llegué, estaba mi abuela en su cama, tenía la pierna ya enyesada, nos abrazamos, lloramos, ...
    ... converse con mis tías, me pidieron que me quedara por el resto del verano, a hacerle compañía. Decían que ellas no tenían tiempo de atenderla todo el tiempo, pero que apoyarían en todo lo que puedan. -NO HAY NINGÚN PROBLEMA-, les dije. Básicamente era de lunes a viernes por las mañanas que me quedaba a solas con mi abuela y la atendía en todo lo que podía. Ella no podía mover una pierna, y tenía algunas raspaduras y moretones en su espalda. El día comenzaba así: la levantaba de la cama para que pudiera sentarse, luego con mucho cuidado ella rodeaba mi cuello con su brazo, se apoyaba en mí y del otro brazo una muletilla, así con bastante paciencia la llevaba hasta su baño privado, y la sentaba, entonces la dejaba sola por unos momentos, hasta que ella me llamaba y procedía a llevarla nuevamente a su cama. Entonces me encargaba de sentarla con cuidado en el respaldar de su cama, le llevaba el desayuno, conversaba con ella, limpiaba su habitación, le lavaba sus prendas, como era verano, tenía mucho calor, y a veces también le pasaba una esponja humedecida por el rostro, piernas, hombros, es decir, yo la trataba como a una reina. Sucedió casi de inmediato, al 4to día desde mi llegada, esa mañana me desperté más temprano que de lo costumbre, amanecí con una calentura y erección común a mi edad, pero recordé que tenía cosas que hacer en la casa, así que finalmente me levante y me dirigí hacia la habitación de mi abuela. Al suponer que ella aun dormía, entre sigilosamente a su cuarto ...
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