1. Vicky


    Fecha: 18/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ella se encontraba en Venezuela estudiando otra carrera y un post grado, tenía una licenciatura en su patria y estaba arreglando los documentos para ejercer aquí, su padre era un industrial muy adinerado y bien relacionado en el mundo político de su tierra, así como con otros industriales suramericanos, ella trabajaba ocasionalmente como secretaria para aumentar su presupuesto sin tener que dar explicaciones, tenía carro, compartía un apartamento con una amiga compatriota en una zona residencial exclusiva y recién había cumplido 32 años, sólo 9 añitos más que yo, una pendejada, y la verdad es que para ser tan vieja, estaba verdaderamente buena, tenía unas piernas espectaculares y como quien dice, un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. También hablamos un poco de nuestros gustos y aficiones, ella confesó que era la primera vez que se montaba en una moto y que le había encantado, sólo habíamos recorrido dos manzanas desde la empresa al restaurant, uno especializado en comida china que en ese entonces era muy bueno, hoy en día, por cierto, es mucho mejor. En nuestra charla pude enterarme de que a ella le encantaba ir a la playa, que en su patria solía acampar en compañía de una o varias amigas, que después de comprar su carro, había adquirido lo necesario para hacer camping pero tenía mucho temor de acampar en las playas cercanas a Caracas por los cuentos que había escuchado acerca de ladrones y violadores, inmediatamente me ofrecí a acompañarla cuando quisiese a ...
    ... lo que ella se negó en el acto, - si no sé quién eres-, me dijo, - ¿Cómo puedes pensar que iría a la playa con un hombre a quien no conozco?. Pasados pocos días, Vicky me pidió la esperara un momento a la hora de la salida, que tenía algo que hablar conmigo, así que, a las 5:00 p.m. llegué a la oficina y la esperé, lo normal era que yo al terminar mis labores me fuera directamente a casa y no regresara hasta el día siguiente, ella salió al patio de estacionamiento y me dijo - Puedes llevarme, hoy no traje mi carro, así hablamos por el camino, ¡Ah!, pero no vayas a correr que ya me he enterado que te la pasas por ahí corriendo en esa moto como un endemoniado. Naturalmente que acepté, ella subió a la moto y salimos paseando lentamente rumbo a su casa, me abrazaba fuertemente por la cintura por temor a caerse y no cesaba de recordarme que debía ir despacio, que tenía miedo, que nunca había paseado en una motocicleta; y así, rodando, un poco lento para mi gusto, entre risas y sugerencias, al tiempo en que ella me comentaba que había pensado en mi invitación a la playa y que quería conversar al respecto para tomar una decisión, yo me iba creciendo de orgullo y satisfacción, todo el mundo me veía pasar (así lo sentía) en mi moto acompañado de aquella hembra espectacular, poco a poco el rodar lentamente dejó de molestarme mientras iba inflándome de satisfacción imaginando la envidia que causaba, me pavoneaba divinamente, como lo haría cualquier carajito de 23 años en una situación ...
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