1. Vicky


    Fecha: 18/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... parecida. En fin, ella me preguntó que si yo era un caballero y que si sabía comportarme como tal, me dijo que si yo le prometía no propasarme con ella, entonces, aceptaba ir a pasar un fin de semana a la playa conmigo. El sábado siguiente, a las 6:00 a.m. llegué a su casa, tal como acordamos, paré mi moto en el estacionamiento y subí hasta su piso, toqué a la puerta y ¡Zas!, ella abre con un bebé en brazos y me dice, - No sabes cuánto lo siento, anoche vino fulana, una amiga mía, (no recuerdo su nombre), y trajo al bebé, tuvo que viajar urgentemente al interior y me pidió que lo cuidara, espero que no te importe. Por supuesto que me importaba, no pensaba perderme ese fin de semana por cualquier tontería, así que la convencí de ir a la playa con el niño, poco después de las 7:00 a.m. estábamos rodando en su carro hacia Osma, pequeño pueblo costanero que se encuentra a unos 10 Km. de Los Caracas. Al llegar, instalamos la carpa a unos 20 m. de la playa, justo delante del carro, preparamos las cosas que traíamos para comer, ella le dio un tetero al nene y nos dispusimos a comer, nuestros bañadores los teníamos puestos desde que salimos, por lo que sólo nos quitamos la ropa y ya nos encontrábamos listos para un fin de semana playero, si esta mujer me había impresionado con sus falditas, sus chaquetas, los diversos pantalones ajustados que había utilizado en los pocos días de conocernos, ahora era necesario utilizar un gato hidráulico para cerrarme la boca al verla en aquel ...
    ... mínimo (para la época) bikini inmaculadamente blanco que contrastaba con el color canela de su piel y resaltaba su escultural figura, aunque yo había prometido comportarme como un buen amigo, casi como un hermano, mantener la distancia y no intentar tocarla o propasarme, y tenía la firme intención de cumplir con mi palabra, nadie tenía por qué saberlo, para cualquiera que nos viera, esa hembra se encontraba aquí conmigo y como si fuera poco, teníamos un bebe, yo en lo personal de vaina si encajaba en las dimensiones de mi propio cuerpo. El día transcurrió como cualquier día de playa, ora un chapuzón aquí, otro allá, echarse, tomar el sol, zambullirse uno solo, chapotear acompañado, ora con el niño, ora sin él, hasta que comenzó a oscurecer, entonces, encendí la lámpara de gas y una fogata, nos sentamos junto al fuego, compartimos un trago de ron, hablamos de las estrellas y de nosotros hasta que finalmente nos acostamos a dormir, ella en un extremo de la carpa, yo en el otro y el bebé al medio. Amaneció el domingo, me levanté y fui a buscar café mientras ella y el niño aún dormían, luego de tomar un café negro aguarapao, ordené otros dos, pagué y me dirigí de nuevo a la carpa, la encontré despierta y jugueteando con el niño. Daba pues así comienzo a nuestro segundo día de playa. Nos preparábamos para ir a zambullirnos cuando ella me informó que tenía un percance y que lamentablemente deberíamos recoger nuestras cosas y marcharnos, cosa que no entendí, así que tras una pequeña ...
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