1. MI CUÑADA ADEMAS DE PRINCESA ,RESULTO MUY PUTA


    Fecha: 20/11/2018, Categorías: Sexo Interracial Autor: pevertido, Fuente: xHamster

    ... interior.―¡Desobedecer órdenes!. Voy a hacer algo contrariando a mi rey. En el avión le mentí, tengo prohibido confraternizar. Usted es territorio vedado pero no he podido pensar en otra cosa desde que le vi excitado por mí― respondió mientras se desabrochaba el sujetador.Me faltó tiempo para levantarla entre mis brazos y llevándola en volandas depositarla en mi cama. La interprete con sus manos, temblando por el deseo, consiguió quitarme la camisa, antes incluso de que yo terminara de bajarme los pantalones. Poseído por un deseo irrefrenable, me desnudé sin darme tiempo a pensar que es lo que estábamos haciendo.Sus pequeños pechos eran una tentación demasiado fuerte para que no los estrujara con mis dedos mientras mi lengua recorría sus pezones, por eso lanzándome encima de ella, estaba mordiéndolos cuando sentí que Loung agarrando mi sexo, se lo colocaba en la entrada de su cueva. No le hicieron falta preparativos, llevaba un día excitado por lo que al descubrir la humedad de su sexo, sin contemplaciones, la penetré. Gritó sintiéndose llena, sus uñas se clavaron en mi espalda, y moviendo sus caderas, me pidió que la amara.Lo que en un principio había sido brutal, de repente se convirtió en algo tierno, y disminuyendo el ritmo de mis embestidas, comencé a acariciarla y besarla. Aun con la diferencia de tamaño, esa asiática y yo estábamos hechos el uno para el otro, mi pene se acomodaba en su cueva como una mano en un guante, y nuestros cuerpos parecían fusionarse sobre ...
    ... las sábanas, mientras ella iba siendo poseída por el placer.Loung con su metro sesenta de puro sexo resultó ser una mujer muy ardiente. La podía sentir licuándose entre mis piernas cada vez que mi extensión se introducía rellenando su vagina. Poco a poco, fui incrementando tanto el compás como la profundidad de mis estocadas, hasta convertirlo en vertiginoso.Entonces y sin previo aviso, se aferró a los barrotes de mi cama, y gritando se corrió. La violencia de su orgasmo, y el modo en que vi retorcerse a su cuerpo, me excitaron aún más, y cogiendo sus pechos entre mis manos, me enganché a ellos y sin dejar de penetrarla, le exigí que siguiera.Mis palabras surtieron el efecto deseado y reptando por el colchón, consiguió cerrar sus piernas teniéndome a mí dentro. La presión que sus músculos ejercieron en mi miembro y sus jadeos rogándome que me corriera, era algo nuevo para mí, y sin poder aguantar más exploté sembrando su interior. Todavía seguía derramándome cuando noté que se me unía y que con sus dientes mordía mi cuello al hacerlo. El dolor y el placer se sumaron y desplomado caí sobre ella, mientras le decía que la adoraba y Loung conseguía el primer clímax de la noche.―¿Quieres seguir desobedeciendo órdenes?― dije en son de guasa mientras mis dedos se perdían en su pelo negro.Mirándome sin levantar su cara de mi pecho, me respondió:―Bobo, no sabe cómo necesitaba sentirme suya.Increíblemente, después de un polvo, esa samoyana me seguía tratando de usted y respondiendo ...
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