1. Desafío de galaxias (capitulo 67)


    Fecha: 31/08/2017, Categorías: Grandes Series, Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    Marión, había regresado de Konark como una malva; sin duda, el trabajo de la reverenda madre había surtido efecto. Marisol no tenía claro si ese cambio era fruto del trabajo psicológico o de la experiencia de montar con ella en el todoterreno. Esta, por otro lado, había partido junto con Loewen a visitar Viridis Zavhan, acompañada por una gran comitiva repleta de monjas y monjes de máximo nivel: la reverenda madre quería causar impacto en las autoridades religiosas kedar. Posteriormente, visitaría los campos de refugiados bulban en compañía de Iris y su equipo de televisión, con la que rápidamente había hecho buenas migas. Finalmente, y por deseo del presidente Fiakro, visitaría la capital federal: Edyrme. Hacia más de doscientos años, que el más alto dignatario de Konark, no la visitaba. Dos días después del regreso a Mandoria, el líder bulban atacó Zoltan Tedra, y como quería Marisol, Oriyan, agazapada en las cercanías, dejó que desembarcara. Marión entró en el despacho, y sentándose sobre las piernas de Marisol se puso a besuquearla. —¿Qué ocurre? —preguntó Marisol intentando zafarse de los besos ante Hirell y Anahis que se partían de la risa. —Nada, ¿es que no puedo achuchar a mi mejor amiga? —¡Joder, sí!, pero ¿alguna razón habrá? Digo yo. —El enemigo está atacando Zoltan Tedra… como habías previsto. —¿Y me lo tienes que decir a besos? —¿Por qué no? Hirell no se queja cuándo lo hago, —al oír esas palabras Hirell se ruborizó violentamente. —¡Coño!, que yo no soy Hirell, ...
    ... y mi chica no me quita ojo. —No exageres, tu chica me deja, también es amiga mía, —Anahis asentía. —Bueno, vale, déjame. ¿Sabes?, casi te prefiero en modo «raspa». —Pues no sé quien es más «raspa», ¿tu o yo? —¡Venga! Que quiero ver los datos. —Todavía no hay. El ataque me lo ha comunicado Oriyan personalmente, por ahora, no quiere activar los sensores y equipos electrónicos para no alertar al enemigo. —¿Te ha dicho cuándo…? —Veinticuatro horas mínimo. —¿Y vas a estar dándome besos las veinticuatro horas? —¡Claro que no! también tengo que dárselos a Hirell. —Pues mira, ahí le tienes: corre, empieza. —¿Qué te crees? Ya le he dado unos cuantos, —Hirell riendo asintió con la cabeza—. Y más cosas. —¡Pues yo que sé, dale más! Dos días después, las naves de ataque del Ejército de Liberación de Faralia y las del FDI, al mando de Bertil, abrieron vórtices en la cercanía de la órbita y, emergiendo de ellos, atacaron a las naves bulban cogiéndolas desprevenidas. Instantes después, los transportes de tropas, emergiendo también de vórtices, iniciaron un descenso de combate sobre dos puntos de la superficie del planeta. —Mi señora, ya estamos en situación de batalla: todas las divisiones están desplegadas, —Oriyan, con uniforme de campaña hablaba con Marisol por video enlace—. Bertil ha desplazado a la flota enemiga de nuestra vertical. —Ya lo he visto, enhorabuena, felicita a todos. —¿Ya has visto que su flota no se agrupa? —Sí, sí, parece que le tienen pánico a los gravitones. —Eso creo ...
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