1. Una serie de violaciones inducidas


    Fecha: 15/12/2018, Categorías: BDSM Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... tratando de liberarme y escandalizando la habitación y pese a todos mis esfuerzos no logro cambiar de posición. Voz 1: ¿Quien anda ahí? Libérame, ¡Rápido! Escucho unos gritos demandantes y me quedo quieto, esperando no haber despertado a mis captores, quien sabe que depravaciones hayan hecho conmigo o estén pensando hacer pero no quiero ser testigo de eso. Voz 1: ¿Qué no oyes? que me liberes te he dicho… ¡maldito cerdo! ¿Qué me has hecho? Por lo que grita no puede ser uno de los captores, pareciera más bien otro preso. Creo reconocer la voz pero no estoy completamente seguro. Logro identificar el sonido, su timbre y puedo saber que está al frente de mí. Voz 2: ¿Dónde estoy? Escucho una segunda voz que habla e instintivamente trato de voltearme pues viene de atrás, pero no logro más que chocar mis cadenas y golpear mi pie en la pata de la mesa. Dolor. De repente una luz ilumina la plancha en la que estoy, parece que tiene un cono, de los que le ponen a los perros para que no se rasquen, pues el espacio que alumbra no es extensivo como para iluminar todo el local, más bien está dirigida. Voz 1: ¿Qué demonios? Preguntó al parecer, había visto mi situación. Instantáneamente se alumbro la lámpara que tenía sobre él, realmente no quise ver nunca algo así. La estructura metálica que alumbraba la lámpara recién encendida, tenía forma de “X” medía aproximadamente tres metros de altura y el grosor de cada uno de sus extremos no era de más de diez centímetros en cada extremo de la ...
    ... equis había una argolla que aprisionaba las muñecas y tobillos de un chico, este; completamente desnudo y erecto, me miraba incrédulo, su expresión de desconcertada y temerosa me confirmaba que mi desorientación e ignorancia de la situación era la misa que yo tenía. Voz 2: Maldición ¿Qué es esto? La mirada del chico del frente pasó de largo para ver lo que se presentaba detrás de mí. Quise levantarme de nuevo pero las cadenas hicieron su trabajo y me regresaron a mi sitio. La expresión no le había cambiado, incluso, sus ojos parecieron abrirse más. Apoye mis codos sobre la plancha y antes de ver hacia atrás, descubrí el agujero que tenía la mesa a la altura de mi estómago. No le di mayor importancia, curvando mi columna y girando mi cuello lo más que podía logre ver. El chico que estaba a mis espaldas también contaba con su propia estructura en “X” con los mismos arillos que capturaban sus muñecas y tobillos. Este al igual que el que tenía de frente estaba completamente desnudo y como una extraña coincidencia su pene también estaba erecto. Voz maldita: Que bueno que han despertado mis muñequitos-. Escuche que decía una voz casi mecánica por algún lado de la habitación, extrañamente parecía venir del techo. Sentí temor solo de oírla. Voz 1: ¿Quién eres mal nacido?- Reclamo el chico de enfrente. Voz maldita: pero no hay por qué ser descortés mí querido Aiden ¿Qué dirían tus padres si pudieran escucharte decir esas groserías? No es así como te educaron. La voz mecánica recrimino con ...
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