1. Un trío que no funcionó; una pareja que sí disfrutó.


    Fecha: 17/10/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... envidiable y una firmeza sin igual, lo sostuve en mis manos y vaya que sentí la sangre circular por ese pene. No resistí más, me dispuse a mamarle semejante falo. Apenas y entraba en mi boca, pero me aseguré de que así fuera, no quería dejar un solo centímetro fuera y vaya que lo conseguí. Le estaba haciendo el mejor sexo oral que hubiera hecho hasta entonces y sus ojos, su sonrisa y gemidos de placer me lo confirmaban. Ya sus manos ocupaban lugar tras de mi cabeza, yo quería hacerlo explotar. Lo empujé hacia la cama y cayó, ver ese pene golpear en el ombligo y regresar a su estado de erección es uno de los gifs mentales que perduran hasta hoy, su pene me invitaba a seguir, por supuesto accedí. Quedé en 4, de forma inconsciente, y seguí mamándosela. En esa posición fue muy fácil para Ángel introducir de nuevo su lengua en mi culo. Sonreí. Cielos, había olvidado a Ángel, seguí mamando esa verga que me tenía poseso. Me aseguré de recorrer cada parte se su cuerpo, perser mis manos en esa capa de bellos era mágico, morder sus tetillas y escucharlo gemir era mi recompensa; él hacia lo propio con su lengua y manos, me tenía en ellas. Por otra parte los lenguetazos de Ángel ya no eran eróticos, empezaban a ser de alguien con enfado por la indiferencia, con justa razón. No me importaba. No, hasta que me recostó sobre Juan y empezó a intentar penetrarme. El que sería pasivo había decidido ser el primero en perforar mi dilatado ano. La verga de Ángel no era nada despreciable, incluso ...
    ... más larga que la de Juan, pero no dejaría que Ángel fuera el primero, claro que no. Empezó con los primeros intentos y estos fallaron, yo contraía el esfinter de modo que impedía el paso de su pene a cada intento. Por fortuna, él lo interpretó como nerviosismo y buscaba calmarme con un masaje en la espalda. Mientras yo, más cerca del rostro de Juan, acerqué mis labios a su oído y con un leve susurro le dije "A ti sí te dejo entrar" y dios, de nuevo esa sonrisa, entendió lo que estaba pasando. Con un toque de complicidad, dejamos que Ángel hiciera un par más de intentos hasta que Juan optó por tomar el control. A ver, déjame intentar, dijo. Y Ángel, desmotivado, se retiró al sofá frente a la cama a ver que Juan intentara por primera vez. Qué buen culo te mandas, exclamó, dándome una nalgada a la que no estaba acostumbrado pero que igual me hizo sentir muy bien. Fue así como me dispuse para él en 4, ya con el culo dilatado, empezó a introducir su pene, las contracciones de mi esfínter no estaban más aunque el dolor de esa penetración se hacía presente. Aquel grosor me estaba llevando al infierno con tanto dolor y a la gloria por tanto placer, unos cuantos segundos de su paciencia bastaron para que se resbalara cual palo encebado por mi recto y él lanzó un gemido de victoria. Las embestidas eran lentas pero rítmicas, sus manos en ms tetillas me dirigieron a su pecho, ya me tenía bien ensartado y el mete y saca se hacía cada vez más intenso como tambkén lo eran mis quejidos ya más ...