1. Raquel, mi hermana y mi obsesión


    Fecha: 01/01/2019, Categorías: Incesto No Consentido Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... gemidos me daban la aprobación, así que fui contra ella con más fuerza. Y sentía que explotaba. —¡NO ACABES ADENTRO! —repetía una y otra vez. —¿en… tu boca? —¿QUÉ? HAAAA! HAAAA! —Puedo acabar en tu boca. ¡Ya casi me vengo! —Si si si —la solté y nuevamente la tenía de rodillas frente a mí, apenas sentí su boca, salieron unos chorros intensos de semen. Aunque trataba de tragarse todo, mi leche le escurría por la orilla de sus labios. Podía sentir como se tragaba mi leche y yo ahora era quien empujaba la verga hasta su garganta. ¡HIJOS YA LLEGAMOS! —¡MIERDA! —Vete a tu cuarto y vístete —me dijo mientras ella entraba nuevamente a la ducha. Mis padres estaban en la cocina, por poco y nos atrapan. Pero yo al igual que muchos otros, estaba locamente enamorado de mi hermana Raquel. Y ya esperaba con ansia volver a tenerla solo para mí. Tu ve que esperar toda la semana para volver a estar a solas con mi hermana, me conformaba con verla salir en ropa ajustada y masturbarme en la regadera pensando en ella. El sábado mis padres tenían una fiesta, me escapé fingiendo estar enfermo y sabía que Raquel llegaría casi a la medianoche. Me quede dormido frente al televisor, y no me di cuenta cuando llegó mi hermana. Hasta que una canción sonaba en el aparato de audio. La televisión ya estaba apagada, al igual que las luces. Cuando trate de incorporarme, me di cuenta de que Raquel se acercaba a mí, pero solo vestía una tanga. Sus tetas estaban al aire y sonreía. Cuando me abrazo alcance a ...
    ... percibir el olor a cerveza. —Bueno hermanito, lo tuyo es rápido y brusco. Hoy te voy a enseñar a tener un buen sexo. No pronuncie ni una sola palabra, ella me empujó hasta que quede acostado en el sillón y comenzó a besarme. —Ahora veras lo que a mí me gusta —dicho eso se fue montando en mí, hasta que quedó sentada en mi cara. No podía respirar, pero no deseaba estar en ningún otro lado del mundo. —Déjame sentir tu lengua, despacio… Sus caderas comenzaban a moverse y yo seguía el ritmo con mi boca, sentía como mi lengua se hundía en ella, podía sentir su excitación cada que frotaba su clítoris. Después de un rato, ya estaba más que a gusto comiéndole la panocha a mi hermana. Ella bajo y me beso, que rico sabe. Lo sé. Luego fue hasta mi verga y su lengua recorría desde mis bolas hasta la punta. —No te vayas a venir… todavía no. —Quiero seguir chupando—se dio la vuelta e hicimos un 69. Sentía como se aferraba su boca a mi verga y entre más la excitaba, más duro me la mamaba. Hasta que se detuvo para retorcerse con escalofríos, hasta que sentí sus jugos en mi boca. Estaba teniendo un orgasmo. —¡QUE RICO! QUE RICO! SIII! Se acomodó sobre mi verga y fue bajando sus caderas hasta pude hundírsela por completo y jadeando, comenzó a darse unos centones. Estaba de espaldas a mí y podía ver sus nalgas. Aún llevaba puesta la tanga, de lado para que mi verga entrara sin obstáculos. —Siii! Me encanta coger! Que rico es sentirte dentro! ¿Te gusta? —¡Me encanta! Creo que ya me voy a… No termine la ...