1. Las tetas de mi hermana Sonia


    Fecha: 01/01/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... tiraba globos llenos de agua a los autos que pasan por debajo, ocasionando sendas puteadas de los conductores, impotentes para evitar la lluvia de bombas. Me acerqué a Sonia, que estaba un poco apartada, para intentar explicar, hacer las paces, pero me cortó el principio del discurso de modo tajante: -Soy tu hermana, no me podés espiar como a una cualquiera. Está mal, es una porquería. Si espías así a las mujeres sos un cerdo de mierda, y mucho más si esa mujer es tu propia hermana. Yo sentía que se me incendiaba la cara de vergüenza, y sentí el pito encogerse tanto que pensé que se me iba a transformar en vagina. Las palabras de mi hermana me sonaron tan duras como una cachetada, es más, hubiese preferido un par de golpes antes que oírle decir aquello. Por eso me sorprendí tanto cuando, por la noche, sentí la puerta abrirse. Era Sonia, vestida con un camisón minúsculo, blanco, etéreo, que parecía moverse al compás de la brisa que conseguía colarse en el viejo caserón y que apenas le cubría la mitad de sus muslos dorados. No podría haberla imaginado más sexy ni en mis más furiosas aventuras mentales. Con gesto conciliador, se sentó discretamente en un borde de la cama y empezó a hablar. -No quise ser mala con vos, Dany, pero entendeme que me asustaste y me dio mucha bronca que me vieras desnuda. Ningún hombre me vio antes así, ¿me entendés? Y me dio tanta vergüenza que tenía ganas de llorar. -Pero… ¿vergüenza por qué? No entiendo eso. ¿Y ningún hombre te vio antes desnuda? ...
    ... ¿Cómo? O sea que…pero yo pensé que vos ya… -No, no, no, yo nada, todavía nada con nadie. Y vergüenza porque tengo un cuerpo horrible, tarado, o no te diste cuenta. pasa que vos tenés un gusto atrofiado. O nunca antes viste una mujer desnuda antes y todo te viene bien. No sé de donde saqué el coraje para decirle: -Sonia, perdoname, pero yo vi muchas, muchas revistas con mujeres en bolas, y ninguna tiene un cuerpo tan, tan… tan lindo como el tuyo…-las palabras se me atoraban en la garganta. Los ojos de Sonia se llenaron de interrogantes. -Vos me estás cargando, ¿viste el tamaño de este culo?–Dijo, parándose y dándose una sonora palmada en el trasero que resonó en el cuarto-¡No es normal! -¡Pero tu culo está bárbaro! ¿Por qué no te gusta? A los hombres nos vuelve loco una cola enorme con una cintura como la tuya. -¿En serio? -¡Sí! ¡sí! Y, si encima tienen unas tetas enormes como las que tenés vos, es como un combo perfecto, lo que todos quieren, lo que yo…-me detuve cuando vi la expresión de Sonia. Me di cuenta que me había pasado de la raya. -No está bien que hables así, no está bien, somos hermanos–pero, aunque estaba muy seria, parecía decirlo más para sí misma que dirigido a mí. Eso me hizo envalentonar. -Claro que está bien, porque es la verdad, y porque tu cuerpo es la fantasía de cualquiera. Por eso yo te estaba espiando, por eso estaba así cuando me descubriste. -¿Estabas así por mí? -Claro, ¿por quién más? -Basta, no hablemos más de esto. -Como quieras, pero si te voy a ...
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