1. Afortunadamente llegó la policía: Coyote Cojo


    Fecha: 04/01/2019, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... le dije. Respondió "no, que viven solos". Respingué "¿ah sí?, ¿muy buenos amigos?, ¿qué haces con ellos?" Y terminó diciendo "son los mejores amigos, sin duda. lo único que hago es acompañarlos seguido para que estén siempre solos. " Y digo que terminó diciendo porque no dijo nada más, con la amabilidad, educación y atención de siempre cuando quise decir algo, me cortó las palabras con un beso, uno sin saliva ni lengua, simplemente me calló con el beso. Yo estaba con la pierna que le quedaba cerca subida en el sofá, mi pie pisaba el asiento y mi rodilla flexionada apuntaba al techo. Estando así fue que Rodrigo mientras me besó, con una mano se metió por detrás de mi pierna levantada y me acarició haciendo ponerse firme mi palo de inmediato, tieso y rígido, como muerto pero, en vez de frío, hirviendo de sangre por dentro. Excitadísimo de que ese policía nalgón e hiper lindo me estuviera acariciando la pierna y ya la nalga, cuando también el beso ya me abría los labios con los suyos y las lenguas comenzaban a bailar regué que se oía en el fondo. Yo estaba encantado y no costará trabajo imaginarme no sólo con la reata bien dura, sino también con ella babosa. No traía puesta ropa interior, salvo el short y su mano seguía torneando y amasando mis nalgas, me recosté un poco y supe que debía entregarme, así que al hacerlo, abrí un poquito mis piernas y nalgas para hacerle saber que podía llegar adonde quisiera. Mi culo punzaba y palpitaba, se estremecía al sentir sus dedos cerca ...
    ... y finalmente uno de ellos lo tocó y me hizo estallar porque ya no pude contenerme. Lo tomé del cuello y lo jalé hacía mí, que se acostara sobre mí. Su aliento de mezcal era exquisito y me besaba como sólo puede besar un policía de mi país, como si fuera la última vez que puede besar, intensamente. Cuando lo tuve encima, sentí su perfumado aroma de la piel y percibí la rigidez de su rifle por debajo del short, al cual tampoco le había puesto ropa interior. Le metí mano y bien pronto lo dejé sin ropa. Era más hermoso aún, pectorales levemente hinchados, cintura bien definida y bien delgado, sin marcar, pero sin un gramo de grasa, sino bien fibroso, así como brazos y piernas bien desarrolladas. Y como era predecible tenía un vergota morena, derechita, apuntando curva hacia arriba, modestamente gruesa, de cabeza brillante y abultada, esplendorosos 19 centímetros bien firmes y jugosos. Volvió a mí para terminar de quitarme la ropa y por fin meter su dedo lubricado por mi precum y su saliva a mi culo. Esporádicamente chaqueteaba mi pito pues estaba más concentrado en mi hoyo hasta con tres de sus dulces y pequeños dedos, lo cuales llevaba a ambas bocas y los metía de nuevo a mi cola; cuando acariciaba la cabecita de mi verga yo sentía ahogarme de placer. Se agachó y lamió mi punto, me metió al lengua tan rico tantas veces que ahora mismo estoy firme de recordarlo; succionaba y jugueteaba como queriendo morderlo y me asfixiaba de placer. Se incorporó, me senté y él de pie se puso ...
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