1. El instructor de box...


    Fecha: 20/10/2017, Categorías: Gays Primera Vez Autor: renovatio111, Fuente: xHamster

    Me descubrí gay cuando recién había ingresado a la escuela secundaria, a la edad de 12 años, pero mi cabeza estaba llena de dudas e incertidumbre que duraron por muchos años más, pero las experiencias que tuve durante ése período marcaron mis preferencias y gustos para siempre. La que voy a contarles ahora, no es la más memorable, para mi gusto, pero sí es la primera vez que tuve acercamiento sexual con otro hombre; más adelante, les contaré las experiencias que me han "dejado huella" pero, por ahora, llevemos un orden y acompáñenme a rememorar mi despertar al sexo homosexual.Por aquel tiempo, tenía 14 años, estaba muy reciente lo que llamamos "el estirón"y había dejado muy por debajo de mi, en estatura, a la mayoría de mis compañeros de secundaria; mi cuerpo, si bien era esbelto, la contextura heredada por mi familia y el ejercicio que practicaba de manera rutinaria desde que tenía 8 años, me favorecían en forma y proporción; algunos de mis compañeros eran asiduos al deporte al igual que yo y, muchas veces, nos reuníamos en el club deportivo después de cada una de nuestras respectivas disciplinas. Esa tarde, después de salir de los vestidores de la alberca, me dirigí a esperar a uno de mis amigos al gimnasio donde, él, practicaba box; generalmente, lo encontraba a la salida pero, en aquella ocasión, no estaba afuera, así que decidí entrar al gimnasio para presenciar la última parte del entrenamiento.Los chicos que se propinaban golpes sobre el cuadrilátero y los que los ...
    ... rodeaban dando gritos, no eran como para perder el tiempo mirándolos, pero su entrenador, un tipo moreno, de aspecto rudo y corpulento, era muy digno de distraer la vista. Por ésos días había recién adquirido la costumbre de echar furtivas miradas a la entrepierna de los hombres que atraían mi atención aunque, a decir verdad, nunca había tenido aún, una erección causada por un macho.Cuando crucé el espacio que separaba el graderío hasta el borde del cuadrilátero, noté que me miró con curiosidad, con demasiada atención diría yo... Me subí a las cuerdas, colocándome a un lado de mi amigo y me puse a contemplar a los chavales que intercambiaban golpes torpemente. En más de una ocasión, dirigí mi mirada en dirección del rudo entrenador que no dejaba de llamarles la atención a voces a quienes disputaban la contienda pero que, furtivamente, me dirigía una mirada inquisitiva cada vez que se topaba con la mía.Tenía amplia espalda y brazos fuertes que lucía al descubierto por su playera tipo tank top y unos pants deportivos que mostraban, casi con descaro, el bulto entre sus piernas y la hendidura entre sus nalgas... Más tarde me enteraría que no usaba ropa interior aquel día... Su gesto era hosco y sus modales rudos y agresivos. Ejercía un liderazgo casi de miedo entre sus pupilos, según me pude dar cuenta. En algún momento anunció un cambio de contrincantes e ingresó a la lona para ayudarles a quitarse la protección sobre el rostro y colocarla en la cabeza de los siguientes púgiles. ...
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