1. Un chalet en la serranía


    Fecha: 31/01/2019, Categorías: Erotismo y Amor Incesto Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos

    ... guía, no sé qué pasó, se me soltó, supongo que olería a una hembra en celo y no se pudo resistir", dijo Sonia sonrojándose; "Sí, entiendo, los perros, admirables, jamás piensan en el qué dirán", rio Bruno; "Sí", rio Sonia; "Oye, Sonia, ¿llevas, no sé, una pistola?"; "¡Una pistola!, soy ciega, Bruno, ¿cómo voy a apuntar?"; "Claro"; "¿Qué pasa, Bruno, hay alguien que te irrita y quieres acabar con él?"; "Sí, supongo que los oirás, dicen que los ciegos tenéis un fino oído"; "¿Cómo crees si no que he podido orientarme hasta llegar aquí?". Ambos sonrieron. "¿Vendrán a buscarte, Sonia?; "Di aviso, vendrán en una hora, Bruno"; "No hay tiempo que perder." Sonia se desnudó y se acostó en la cama de Bruno con las extremidades estiradas. Éste ató sus muñecas al cabecero y sus tobillos a las patas bajeras; después sacó un preservativo usado que contenía semen de su padre y lo vació sobre el ombligo de Sonia. Dijo: "Quizá te haga daño, pero debo penetrarte duro para que parezca..."; "Hazlo, Bruno". Bruno se sacó el pene que ya se empinaba ante la visión del majestuoso cuerpo desnudo de Sonia, y montó ...
    ... sobre ella. Las tetas estiradas de Sonia se bambolearon a causa de la embestida de Bruno; "¡Ah!", gritó al principio, más tarde se deleitó con la simulación: "Ah, ah, Bru-no, ah, me encanta tu polla, ah". Bruno se detuvo: no debía correrse o el plan se iría al traste. "Voy a hablar con Carmen y Pablo, Sonia, deséame suerte, te quiero, cariño", se despidió Bruno soplando un beso desde la palma de su mano. Años después vieron a Bruno y Sonia sentados en ropa de baño a la orilla del río helado que brotaba de las cumbres contemplando los juegos de sus hijos en el agua. Vieron también a Carmen y Pablo follando como posesos, desnudos en la pradera, bajo el radiante sol de la serranía. Mientras: "¡Eliana, ven, el alcaide te quiere ver!" Eliana era la reina de las mamadas: por supuesto, la preferida del alcaide, que cada tarde vaciaba el semen en su boca. "¡Roberto, qué pasa, vamos, alza un poco el culo, apoya las manos en las rejas!" Roberto era el alivio del jefe de los matones. Y gruñía, si, no crean que le gustaba, gruñía; entre dientes decía: "Maldito Bruno, maldito chalet en la serranía." 
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