1. Un Maduro Mecánico


    Fecha: 22/10/2017, Categorías: Gays Autor: micboc, Fuente: xHamster

    Me llamo Jose, tengo 22 años y vivo en el sur de España, en un pequeño pueblo a 30 kms de la capital de la provincia, donde estaba la Universidad a la que había entrado un año antes a estudiar Magisterio. Durante el año anterior me había desplazado diariamente en el autobús pero, para este nuevo curso ya había logrado comprarme un coche con el que los viajes a la capital se me hacían más cómodos y llevaderos. Estaba en la tercera semana de septiembre, hacia mucho calor todavía, era martes y ese día salí de casa con destino a la Universidad. Faltaban poco más de 5 kms para llegar cuando el motor del coche comenzó a echar humo, así que asustado decidí parar. Quiso la suerte que en la salida que cogí hubiese una taller de vehículos, así que aparque y me encaminé al interior, donde un hombre maduro de unos 50 y tantos, grueso, de piel bronceada, más bien bajito, con el pelo negro, que marcaba ya una calva en su coronilla, que se llamaba Bartolo y era el dueño del taller se apresuro a dejar el coche que tenia entre manos e intentar resolver mi problema. Pero tras echar un vistazo me dijo no sé que de los manguitos y que la reparación no podía ser inmediata, o sea, que tenia que esperar un par de días. Sin embargo, se ofreció a llevarme a la Universidad o de vuelta a mi casa si esperaba al mediodía que acabara su faena. No llevaba dinero ni siquiera para un bus, así que durante las 2 horas que restaban me dedique a mirar como trabajaban Bartolo y los dos chavales jóvenes que le ...
    ... ayudaban. Durante todo ese tiempo no hice mas que mirar al maduro mecánico, que sudaba copiosamente mientras trabajaba. Con todo el disimulo que podía miraba como su sucia camisa, empapada en sudor, marcaba la forma de sus pechos, pezones y vientre. Los pantalones vaqueros que llevaba eran mas bien justos, marcando un trasero bien redondo y enorme, prominente, y un bulto también redondo entre las piernas que me pareció muy bien formado. Pero lo que más me excitaba era verlo cuando tenia que acacharse: la camisa se le salía, las carnes se le marcaban y los pantalones se le estiraban tanto que dejaba ver la parte superior del culo, donde una mata de pelo negro se escapaba furtivamente.Total, que aunque el tiempo pasaba rápido, mientras hablaba de cosas comunes con Bartolo y sus ayudantes, llego un momento en que no pude más, tenia una erección enorme y le pregunte a Bartolo por los servicios. Allí me encamine al urinario de pared que había justo al lado del lavabo, me saque la polla y comencé a hacerme una paja. No llevaba mas de un minuto cuando me corrí. Pero apenas estaba haciéndolo oí el ruido de la puerta. Me pegué todo lo que pude al meadero, manchándome las manos con el semen que salía, y miré para ver a Bartolo, que me saludó. Había entrado a lavarse las manos y mientras lo hacía me dijo que ya le quedaba poco de trabajo para llevarme. Yo debí ponerme como un tomate de vergüenza y rezaba para que no se diera cuenta de lo que me pasaba, así que me subí la cremallera e hice ...
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