1. Afortunado


    Fecha: 05/02/2019, Categorías: Infidelidad Voyerismo Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... sonoramente, una rubia con cara de mojigata que chillaba medio histérica cuando le comías el coño, la hija de Gustavo, un vecino, que debe ser la adolescente más promiscua de toda la urbanización... El sexo con Lola también lo recuerdo, claro. Si mi nueva situación ya es desesperante, por no decir deprimente, un persistente dolor de cabeza me acompaña desde que me he despertado. No llega a jaqueca pero son molestos pinchazos que me nublan la vista y enlentecen mis movimientos. Movimientos mentales, claro, porque corporales… Afortunadamente, la medicación ha ido haciendo su trabajo y con el paso de las horas la cabeza va aminorando los martillazos. No desaparecen, ya me han avisado que aún tardarán, pero acabarán remitiendo, porque he sido muy afortunado. *** Nunca he estado en la cárcel, ni creo que vaya a ir nunca, menos en mi estado actual, aunque tal vez algún competidor o, incluso, algún ex amigo pueda opinar que lo merezco, pero ¿cómo se le llama a quedar encerrado en un cuerpo que no reacciona? Tetraplegia, dirán. Pues no. No soy tetraplégico porque he tenido mucha suerte y mi espina dorsal no ha quedado afectada de modo irreversible. Es mi cerebro el que debe sanar y ponerse a trabajar. ¡A trabajar! Eso ha dicho la doctora. ¡Hija de puta! Mi cerebro lleva una semana trabajando a destajo, carcomiéndome pues no puedo hacer nada más que ver la televisión, aunque mi vista se cansa a las pocas horas y me mareo, o escuchar de mi familia todas las falsedades que van soltando ...
    ... para animarme. Ni que fuera un crío de cinco años. Pero esta noche ha pasado algo curioso. Mi memoria se ha vuelto prodigiosa, capaz de recordar detalles nimios, insignificantes, de situaciones que no tenían más enjundia o que directamente había olvidado. Esta desconocida capacidad parece que también está activa mientras duermo, pues he soñado, algo extraño en mí, y lo he hecho con una intensidad que nunca había sentido. Es más, lo de esta noche no ha sido exactamente un sueño. Ha sido el nítido recuerdo del último polvo que pegué con Lola. No fue una de mis mejores actuaciones. Ya hace tiempo que mis mayores esfuerzos amatorios los ofrezco fuera de casa, pero me había fallado un plan con una modelo que me presentaron en una feria, tenía a Lola a mano y, como otras veces, la utilicé de calmante. Acababa de llegar a casa, más pronto de lo esperado, pero como siempre ella me recibió risueña, entregada. Me serví una copa mientras mi amantísima esposa me preguntaba por la jornada, expectante ante otro de mis relatos adornados de éxito y triunfo. Estaba sentada en el sofá Verzelloni de tres piezas, ladeada, atenta a mi declamación, vestida con aquel salto de cama beige Vogue que le regalé en Navidad ceñido a su espectacular cuerpo, así que detuve el cuento, me acerqué mirándola fijamente y cuando llegué a su altura, pregunté imperativo: -¿Por qué no me sacas la polla y tú también me demuestras de qué eres capaz? Me miró sonriente, feliz por sentirse deseada por la sucia mirada del ...
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