1. Química y Arquitectura


    Fecha: 22/10/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... así que casi me lo susurró. El corazón me dio un vuelco. Me despedí de las personas que acompañaba y me fui con Aldo, a un departamento que le prestaron. Nuevamente solos y en un ambiente tranquilo y privado. Me cuesta trabajo expresar las emociones que sentía. Después de tanto anhelar, estaba a punto de tener ese cuerpo joven y penetrar esas nalgas estupendas. Lo abrace y le di la vuelta para poder restregar mi pene en esas nalgas enloquecedoras y ahora no se separó, incluso las paraba para que pudiera gozarlas mejor. Lentamente nos quitamos la ropa y pude acariciar sus piernas tersas. Él se comportó de manera totalmente pasiva. Se acostó boca abajo levantando levemente su trasero, para que pudiera penetrar mejor. Me puso un condón y yo le puse lubricante. Estuve largo rato acariciando sus nalgas y sus piernas, hasta que me dijo estoy listo. Coloque mi pene exactamente en su entrada y empuje, primero suave y poco a poco más enérgico. Aldo únicamente gemía. ¡Como goce y espero que Aldo también! Se movía de una manera experta y me daba apretoncitos como si quisiera exprimir mi pene. Después de un tiempo maravilloso que se me hizo corto aceleré mi movimiento y Aldo se abrió más para que me pudiera venir bien y vaya que lo logre. El seguía dándome apretoncitos hasta que me saco la última gota de semen. ¡Como lo disfrute! Ya más tranquilos le reproche dulcemente su alejamiento y únicamente me respondió con una sonrisa. Hoy en día casi no lo veo, pero por razones de tiempo. Después de este encuentro hemos estado juntos pocas veces, pero siempre significativas y sexuales, muy sexuales. Con Felipe hable y únicamente dijo que no lo fuera a lastimar. Le comente que no tengo el pene tan grande, ¡no seas mamón! me dijo, ya sabes a que me refiero. Claro que lo sé. ¿Fui su primera vez? No lo sé y de verdad no tiene importancia…
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