1. Esther y su Bebesote


    Fecha: 15/02/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... blanco que dejaba ver la gran pelusada de su monte de venus y muchos pelitos que se le salían por las orillas. Mi verga estaba que reventaba. Le mamaba las tetas y le metía el dedo en la cuca, que ya estaba bien mojada, turnándome con el respectivo masaje a las nalgas. Ella solo gemía y se dejaba hacer. Luego me bajó el slip y comenzó a darme una gran mamada. Me lamía toda la verga y se la volvía a meter. Me chupaba la cabecita y seguía lamiéndola. –Papasito! Ahora esto es mío mi amor! De repente sentí que me venía y le dije: -Me veeeeeeengo! Me veeeeengo! -Correte mi amor! me decía. Correte! Correte mi cosita rica! Y dí una acabada bárbara que a Esther le cayó en la cara y la boca. No dejaba de pajeármela y lamerla, comiéndose todo mi semen. –Qué rica la lechita de mi bebé! me decía. Quiero que conmigo te hagás hombre! Sos mi papasote rico! Mi bebé delicioso! Nos tiramos a la cama y comencé a besarle los pies. Todavía yo no salía de mi asombro y ella solo gemía. Le chupaba los dedos de los pies y le metía dos dedos en su concha y ella de repente sólo alcanzó a dar un largo aaaaaaah! Y estiraba todo su cuerpo sintiendo un gran orgasmo. Le quité la tanga ya toda empapada y me lancé a mamarle la cuca. Percibía el olor y sabor a su sexo. Sentía mi boca llena de sus líquidos y de sus vellos púbicos, de su sudor, le mordisqueaba el ...
    ... clítoris ya bastante rojo de las mamadas. Me bajaba a sus piernas y entre pierna, en los pliegues de las rodillas. Le doblaba las piernas y se las besaba como poseído mientras miraba estupefacto toda su concha llena de pelos frente a mí. -Metémela bebé, me suplicaba. Aay! Aaay! Bebé, dame, dame ya! Dame yaaaa! Subí sus piernas a mis hombros y comencé a metérsela y gritaba de emoción. Se la metía y se la sacaba. Se la metía y se la sacaba! -Qué rico mi amor!! Ay! Ay! Ay! Repetía cada vez que se la metía hasta el fondo. -Acuéstese mi bebesote! me dijo. Y comenzó a cabalgarme, haciendo remolinos y metiéndosela hasta el tope. De repente sentí otra ola de sus líquidos y comenzó a estremecerse y me cabalgaba como loca –Bebé! Bebé! Aaaay, bebesote rico! y sentía otro orgasmo. Qué riiico mi amor! Aaaaaaah! decía complacida. Después yo le seguía empujando la verga, -me voy a correeer! Qué rico, ay, me cooorro! le decía yo. -Terminá adentro! Echame la lechita, mi amor, qué riiiiiico! Aaaay, bebesote! y juntos terminamos en otro orgasmo. Se quedó encima mío, sudada, cansada, satisfecha y yo la abrazaba no queriendo que aquello terminara. Después de un rato sólo nos vimos, se puso a reír y empezamos a besarnos otra vez, de una manera calmada. Este fue el incio de una relación que continuó durante mucho tiempo.... Autor: El pie-fetichista. 
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