1. La abuela no quiere dormir sola


    Fecha: 15/02/2019, Categorías: Incesto Sexo con Maduras Autor: Fredy Gomez, Fuente: CuentoRelatos

    ... suavemente. Se me ocurrió que si haciéndome el dormido, me arrimaba a ella, tal vez tendría la oportunidad de abrazarla y con suerte tocarle la cola. Así que lentamente, poco a poco me fui corriendo hacia su lado. Siempre pendiente a que no dejara su respiración pausada, haciendo un movimiento a la vez y parando un buen rato antes de hacer el siguiente. Habían pasado 40 o 50 minutos desde que se durmió y yo ya estaba a su lado, ella estaba acostada sobre su lado izquierdo dándome la espalda sentía su calor y lentamente me hice detrás de ella en “cucharita”, me aproximé un poco hasta sentir su bata de dormir y leeentamente y con muuucho cuidado pasé mi mano izquierda bajo la almohada bajo su cabeza, para acercarme mejor (Ella seguía dormida, no sé si por el cansancio o por las pastillas). Esperé un par de minutos, tomé un poco de ánimo y me decidí y pase mi mano derecha sobre su cintura y la abrace. Ella dejó de roncar y suspiró un par de veces. Mi corazón latía muy fuerte, tanto que pensé que, si se despertaba, hasta ella lo iba a escuchar. Al minuto (que me parecieron 10), ella siguió respirando lento pero ya no roncaba. Lentamente, subí mi mano derecha y la coloqué sobre su pecho izquierdo por encima de la bata. Respiré profundo y luego crucé mi mano izquierda que la tenía bajo la almohada e hice lo mismo sobre su pecho derecho. ¡Estaba abrazando a mi abuela desde atrás y tenía mis manos sobre sus pechos!, tiene unos pechos bastante buenos para su edad. Mejor que muchas ...
    ... mujeres de 30 años (sé por qué lo digo). ¡Esto parecía un sueño! Mi abuela de repente suspiro, y obviamente me asusté, pero me quedé quieto unos cuatro o cinco minutos disfrutando el momento. Mi abuela se acomodó un poco y volvió a dormir plácidamente, aproveche el momento y sin soltar el pecho derecho, solté el pecho izquierdo y con mucho cuidado desabotone los tres botones de la bata y acaricié el canalillo de sus pechos, luego deslice la mano lentamente hasta su cintura y la pase sobre su cadera y luego a lo largo de su pierna, hasta que llegue al final de su bata. La sensación de tocarle la piel de sus piernas es deliciosa. Sentir su piel en mis dedos, los nervios de que se despertara, el morbo de estar haciendo eso con mi propia abuela, todo eso hizo que tuviera una gran erección que, hasta ese momento a pesar de estar excitado, tal vez por los nervios, no había sido tan fuerte. Estaba a tal punto que si mi abuela se hubiese despertado en ese momento, la hubiera sentido. Pasaron mil cosas por mi cabeza. Dudaba que hacer, si arrimarme más, si subirle la bata con la mano derecha, si meter mi mano izquierda por dentro de la bata y tocarle el pecho directamente. Dudé mucho del siguiente paso. Sobre todo, porque la respiración de mi abuela a pesar de estar pausada, ya no era la misma. Así que en una jugada no sé si llamarla atrevida o idiota, decidí hacer todo al tiempo. Hice como que me acomodaba, puse mi paquete apretado a sus nalgas, metí mi mano izquierda bajo su bata y le ...
«1234...»