1. Mi experiencia Erasmus, una fantasía hecha realidad


    Fecha: 23/10/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... salón con nuestra ronda de cervezas habitual, esta vez junto al resto de compañeros, dado que hacíamos una especie de despedida. Lo cierto es que los otros compañeros habían estado otras veces ahí con nosotros, pero o se iban a la cama temprano o salían de fiesta por su cuenta. A pesar de la ocasión, y aunque esta vez aguantaron algo más, se marcharon pronto, mientras Pedro y yo continuábamos la fiesta. Tras repetirse las conversaciones de siempre, sus habituales gestos de cariño y reventar las listas de canciones del Spotify, nos fumamos unos porros. Estábamos tumbados en el sofá, con un ciego del bueno, hablando de la vida, algún que otro silencio. De pronto, noto que algo se posa sobre mi muslo. Pone su mano sobre mi muslo, yo no digo nada, comienzo a sentir cierto nerviosismo, le miro y él me mira. ¿sabes dar masajes? —me susurró— Casualmente, dar masajes es algo que me encanta (probablemente se lo habría nombrado en alguna de nuestras charlas) así que no lo dudé ni un segundo. Mientras el se giraba y se preparaba para el masaje, yo me ponía cada vez más nervioso. Comencé a moldear sus hombros y su cuello, mientras al mismo tiempo me recreaba con la situación. Notaba como él disfrutaba de cada movimiento, incluso oía pequeños suspiros de placer. Estaba caliente a más no poder, mi polla iba a reventar el pantalón. Tras unos minutos, se levantó bruscamente y se tumbó boca arriba, colocándose el brazo sobre la cara. Le pregunté si se encontraba bien, si necesitaba mojarse la ...
    ... cara, lo que fuera. Después de unos segundos sin decir palabra, suelta: "Joder tío! si fuera gay te follaría aquí mismo macho, tienes unas manos increíbles". Tras unas risas por mi parte y algún comentario sin sentido me comenta "¿por qué no vamos a buscar unas putas, y que nos chupen las pollas?". Ante esto ya sabía lo que tenía que hacer, no me lo podía decir más claro y poner más fácil, quería que le comiera la polla. Sin dudarlo ni un segundo más, y con unos nervios que me recorrían todo el cuerpo, llevé mi mano hacia su pantalón, comencé a bajarlo lentamente mientras acercaba mi cara muy despacio. Me encantaba el olor a polla que desprendía, era muy sutil. Mientras yo hacía lo mío él iba preguntando vagamente y de forma totalmente inocente ¿qué haces? ¿qué haces tío?, al mismo tiempo que me ayudaba a bajarse el pantalón. Ya la tenía en mi boca, no me lo creía! No llevaba ni 10 segundos y ya se le puso dura como una piedra. Yo estaba como desesperado, me la quería tragar entera. Tenía un buen pollón. Dándolo todo, mientras él gemía en voz baja, para no despertar al resto de compañeros. Le encanta dominar, me agarraba la cabeza y me tiraba del pelo, mientras yo seguía chupándole la polla, los huevos y todo lo que podía, lo que me ponía más cachondo aún, sobre todo cuando me susurraba cosas como ¿quieres que me corra en tu boca cabrón? ¿te la vas a tragar verdad?. Yo estaba en el paraíso. Llevábamos unos minutos su respiración aumentaba de ritmo, sus músculos se contraían, ...