1. CUMPLEAÑOS


    Fecha: 19/03/2019, Categorías: Hetero Autor: dulces.placeres, Fuente: SexoSinTabues

    ... esa noche no pasaría nada entre nosotros, dijo estar indispuesta, y los días siguientes tampoco, porque estaba cansada, porque no estaba de humor, porque, siempre había un porqué y yo sabía que era así, soportaba todos sus no porque cuando era si sabía que no habría límites, siempre jugaba al gato y al ratón. Tuve que esperar hasta fines de Junio, me dijo ‘el Domingo venita a casa a comer, y después nos divertiremos un rato, trae un vino fino y helado de postre, yo te preparo lo que quieras…’ Ese día llegué bastante temprano y el aroma a una rica salsa se sentía al llegar a su casa, era un día de pleno invierno pero había una humedad agobiante, al punto que no hacía falta ningún abrigo, como me recibió al abrir la puerta? La describo de arriba abajo: El cabello suelto y ligeramente batido, como una melena de leona, una bincha que tiempo atrás le había obsequiado, con dos cuernitos que titilaban, lo usábamos en los shows que hacíamos, sus ojos apenas delineados y sus labios pintados en un crema claro, dos enormes argollas pendían de sus orejas, cayendo hasta sus hombros, tenía la campera borravino que le había obsequiad, sin abrochar, dejando ver su piel desnuda, notando que no había nada debajo, parte de sus pechos insinuantes asomaban al medio, abajo una tanga por demás de pequeña que nacía a la altura del clítoris, dejándome notar su intimidad depilada, como siempre lo hacía, sus piernas cubiertas por unas sugerentes medias de red del mismo color que, los elásticos ...
    ... apretaban bien arriba de sus torneados muslos y unos zapatos de finos tacos que le regalaban veinte centímetros de altura. Prácticamente me abalancé sobre ella al sentir una excitación automática al verla, pero Pam me apartó casi de inmediato, poniendo distancia y anticipándome que debería esperar a que llegara el momento, luego giró para dirigirse al refrigerador a llevar las cosas que había traído, ver sus cadera bambolearse de un lado a otro, con la tanga casi imperceptible enterrada la raya de su orto y sus nalgas desnudas fueron suficiente para provocar una terrible erección. No veía la hora de cogerme a esa puta y durante todo el almuerzo no hizo más que provocarme y calentarme, acariciándome, besándome, o moviendo las caderas a los compas de la música. Al fin trajo una botella de champagne y mientras yo la destapaba ella se sacaba la campera dejando sus pequeños pechos al aire, sus pezones estaban duros. Se sentó en una silla un metro de distancia, ante mi atenta mirada, desafiante, probó el líquido del pico, otro trago, lo dejó correr por la comisura de sus labios, mas y mas, pronto el liquido mojaba sus pechos y la baja temperatura hacía que se erizara su piel, vertió luego sobre el mismo vientre su tanga se mojaba por completo, se traslucía, la tela se pegaba a su piel, solo notaba la raya de su raja depilada, su mirada lasciva se clavaba en la mía, me pidió que fuera a su encuentro, me apuré pero ella volvería a pararme en seco poniendo su pie en mi pecho. Su cuerpo estaba ...
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