1. Vagabundos al Ataque (2)


    Fecha: 19/03/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... en las jaulas. Le di de comer a todos, machos y hembras, y dejé para lo último, los baldes de agua, ya que sé así debe ser el suministro, para que no se llenen primero de agua, y después ya no quieren comer. Me senté frente a las jaulas de los sementales a disfrutar de la estampa de cada uno de ellos. Que hermosura de animales, tan llenos de vitalidad, y sobre todo, tan exquisitos de raza. Eran todos de una autenticidad garantizada con su respectivo pedigrí Una vez que hubieron terminado de comer, entre primero a las jaulas de las hembras para sacarles el comedero y cambiárselo por el balde de agua. Después, me fui a hacer lo mismo con las jaulas de los machos… Satisfechos después de haber comido, tomaron agua, y cuando llegue a la jaula del semental que estaba al inicio de la hilera de jaulas, este hermoso animal en gratitud por haberle dado de comer y beber, daba de brincos frente a mí. Algo que no pude dejar por desapercibido, me animé y decidí sacarlo de su jaula, para que retozara un poco, y fue tanta su alegría, que salió corriendo por todo el derredor de las jaulas, pero ocasionó un gran desorden de aullidos y ladridos de protesta por parte de los demás perros. –Huyyyy, que amolar con ustedes niños- y los dejé salir también. Corrieron, brincaron, jugaron, se atracaron entre ellos, para finalmente venir hasta mí a invitarme a que participara con ellos en sus juegos. Me animé a hacerlo y comencé a correr por los alrededores para que ellos simularan que me cazaban. ...
    ... Huyyy cómo nos divertimos durante un buen rato. Exhausta me dejé caer al pasto, rendida por tanto correr y jugar con ellos. Lógicamente que ellos tienen mucho más y mejor condición y no paraban de correr alrededor mío. Pero yo ya no quería jugar más. Así es que me estiré en el pasto y… llegó mi recompensa por haber sido tan amable con ellos. Precisamente, por haber sido tan amable con ellos, el semental mayor, comenzó a gruñir de una forma inusual, ya no era de juego. Y los demás perros acataron la orden que el líder estaba dando. Y se alejaron con su cabeza un poco inclinada, hacia sus jaulas, donde una vez dentro, cada uno de ellos, se introdujo en su casita de fibra de vidrio. Urko, que así se llamaba el semental, espero a ver que todos estaban en sus jaulas, y se dirigió hacia mí, con paso firme y seguro. Se detuvo a escasos setenta centímetros de mis pies. Yo estaba sentada con las piernas estiradas, viendo la situación y el comportamiento de aquellos animales tan hermosos e inteligentes. Se sentó frente a mí, y dio un fuerte ladrido mirándome directamente a los ojos. ¿Qué te pasa? ¿Qué quieres? Y levantándose caminó lentamente hacia mis piernas abiertas, para darme una lamida en las rodillas, ya se imaginarán lo que sentí cuando esto pasó. Mi cuquita brinco de gustito y se contrajo de la inesperada muestra tan especial de agradecimiento por parte deUrko. Mhnnn, ayUrko, ¿qué haces bebé?... PeroUrko no tan solo se conformó con agradecerme lamiendo mis rodillas, se fue ...
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